El calor es un enemigo gigantesco en el Masters 1000 de Cincinnati. Jugar en el verano norteamericano ha sido muy complejo para los tenistas y ya se prende una alarma hacia la ATP por las altas temperaturas.

Hay dos ejemplos muy claros en el torneo: el ruso Daniil Medvedev abatido con toallas con hielo sobre su cuerpo y el francés Arthur Rinderknech desmayado en plena pista, teniendo que retirarse en el segundo set ante Felix Auger-Aliassime.

En estas condiciones todo se vuelve extremadamente duro a nivel físico y esa es la prioridad. En este momento no tengo ningún tipo de confianza: si mi cuerpo y mi físico me abandonan, no hay ningún golpe que pueda salvarme”, señaló Medvedev.

La alarma hacia la ATP por las condiciones climáticas

El periodista español especializado en tenis, José Morón, manifestó su descontento por la forma en que la ATP está tratando el asunto del tiempo con los jugadores, desnaturalizando los partidos.

Rinderknech se desmayó en pleno partido en Cincinnati

“En lugar de hablar de tenis, será noticia lo extradeportivo. Se está permitiendo que los jugadores compitan a más de 32 grados, con un porcentaje de humedad muy alto que eleva la sensación térmica, sin que se implemente una regla de calor”, señala el comunicador en el sitio Punto de Break.

Es más: piensa que hay un diferenciación de sexo que perjudica a la rama masculina. “Sí, no existe a nivel ATP una regla que hable de qué hacer en caso de calor extremo. La WTA, sin embargo, en su rulebook, sí que la tiene”, explica.

“Curiosa la distinción que hace el tenis entre hombres y mujeres, en este sentido. En los Grand Slams, se les permite a los tenistas masculinos tomarse un descanso de 10 minutos entre el tercer y cuarto set. Las mujeres, sin embargo, entre el segundo y el tercero. ¿Es que acaso los hombres pueden soportar el calor de mejor manera que las mujeres? ¿Por qué no existe una única regla de calor sin distinción de sexo?”, es el debate que abre.

“Hablamos de que, en el caso de los hombres, se les permite tomarse 10 minutos cuando el partido puede llevar perfectamente más de tres horas. Es ridículo”, sostiene.

“Ver lo que estamos viendo en Cincinnati, con los tenistas sin fuerzas en el banquillo, abrazados a la toalla de hielo buscando bajar la temperatura del cuerpo o alguno tirado en el suelo desmayado no es saludable”, agrega antes de plantear “¿vamos a esperar a que suceda alguna desgracia para hacer algo?”.