Luego de la salida de Reinaldo Rueda de la banca de la selección chilena, la directiva de la ANFP busca un nuevo entrenador. Una labor en la que Francis Cagigao tendrá un rol clave y donde al parecer ya tiene un nombre como serio candidato.
Juan Manuel Lillo apareció con fuerza como el indicado para asumir el puesto de técnico de la Roja. Una situación que, pese a lo que muchos creen, no es nueva para él ya que pudo ponerse el buzo hace unos años atrás.
Para ser más específicos en el año 2015, donde estuvo a detalles de ser el primer ayudante de Jorge Sampaoli. Una historia que llegaba para calmar los ánimos pero que terminó siendo fundamental para que el argentino decidiera partir.
![](data:image/svg+xml;charset=utf-8,<svg height="371" width="600" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" version="1.1"/>)
En aquel entonces, Lillo asesoraba la selección adulta y las menores, con especial protagonismo en la Copa América 2015, pero tras la salida de Sebastián Beccacece para asumir en Universidad de Chile, se le abrieron las puertas para estar junto al casildense en la cancha.
Al mismo tiempo, la ANFP estaba en una disputa con Sampaoli para definir su continuidad al mando de la selección chilena. Fue ahí que tras una reunión con Arturo Salah, el técnico pidió que el español fuera su ayudante. De lo contrario, diría adiós.
De inmediato el gesto del argentino no fue visto con buenos ojos, ya que también estaba analizando ofertas para partir. Esto hizo que la ANFP le diera un portazo a su petición, lo que llevó a Lillo a irse de Chile en enero de 2016.
La relación entre Sampaoli y la ANFP se quebró en su totalidad, poniendo término al contrato y terminando con años de éxitos. El camino los llevó al Sevilla, donde si pudieron estar juntos y hasta ser protagonistas, pero luego de un año se separaron.
Juanma Lillo vuelve a estar en la órbita de la selección chilena. Ya sin polémicas ni otros nombres de por medio, será decisión de Francis Cagigao y la directiva de Pablo Milad definir si es o no el elegido para llevar a la Roja a un nuevo Mundial y, por qué no, soñar con una nueva Copa América junto a los últimos años de la Generación Dorada.
