Costó mucho. Bolivia sin asco se vino a defender al estadio San Carlos de Apoquindo, a veces con todos sus jugadores, y la selección chilena no podía abrir la cuenta por las eliminatorias.
En la primera parte el equipo de Martín Lasarte pateó de todos lados al arco de Carlos Lampe, que con mucha suerte y también reflejos, tenía su arco invicto.
Hasta que por fin llegó el gol en el segundo tiempo. La Roja buscaba de forma desesperada el tanto, y llegó con una genialidad de Charles Aránguiz, que metió un centro al corazón del área, donde estaba solo Erick Pulgar, que con un golpe de cabeza puso la redonda en la red.
El tanto del ex Universidad Católica llegó a los 69 minutos, cuando el nerviosismo empezaba a apoderarse del equipo criollo, que por fin se abrazó.