El fútbol australiano está de luto. Robert Walls, uno de los grandes íconos de la AFL (Liga de fútbol australiano), falleció el jueves pasado a los 74 años tras recurrir a la eutanasia, marcando un final tan valiente como su carrera.
Después de más de dos años enfrentando un agresivo cáncer, Walls decidió que ya era momento de decir adiós y lo hizo a su manera: en paz, desde su hogar con vista al emblemático estadio Melbourne Cricket Ground y rodeado de su familia.
Robert Walls: Una carrera que dejó huella en varias canchas
Walls no fue simplemente un buen jugador. Fue tricampeón con el Carlton Football Club como futbolista en los 60 y 70. Luego volvió como entrenador para llevar al club a otro título en 1987.
También dejó su huella en Fitzroy, Brisbane y Richmond, no solo desde la banca, sino moldeando a una generación que luego brillaría con los Brisbane Lions en la década del 2000. En total, sumó 14 años como jugador, 16 como técnico, y más de dos décadas como comentarista y columnista.
Un adiós sin hospital, pero con familia
Desde que le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda en 2023, su vida fue una montaña rusa de tratamientos y hospitalizaciones: más de 250 noches en centros médicos.
Pero cuando vio que el camino solo traía más dolor, tomó la decisión que en Australia es legal y en Chile aún genera debate: la eutanasia. En sus últimas semanas, Walls se dedicó a cerrar ciclos, despedirse de sus cercanos y dejar todo en orden.
Una despedida con honores
Las muestras de cariño no se hicieron esperar. Desde exjugadores hasta clubes y periodistas, todos coincidieron en que se fue un referente.
Su legado será homenajeado en las próximas semanas en el MCG, donde tantas veces vibró con el balón en los pies y el corazón en el juego.