Stuart Hogg, exjugador de la selección escocesa de rugby y actual miembro del Montpellier en Francia, fue condenado por abuso doméstico tras admitir el delito.
Después de años de maltrato hacia su exesposa, Gillian Hogg, el excapitán escocés fue sentenciado a una orden comunitaria, evitando así la cárcel.
Stuart Hogg: Un pasado brillante en el rugby escocés
Stuart Hogg, uno de los nombres más reconocidos en el rugby escocés, destacó no solo como jugador, sino también como líder.
Fue capitán de la selección de rugby de Escocia, y jugó en equipos de renombre como Glasgow Warriors y Exeter Chiefs.
Su destreza en el campo de juego le valió el reconocimiento, siendo galardonado con un MBE en los Honores de Año Nuevo del 2024 por sus logros en el deporte.
Sin embargo, el mismo hombre que brillaba en el rugby estaba involucrado en una historia de abuso detrás de las cámaras.
Cinco años de abuso hacia su exesposa
El comportamiento abusivo de Hogg hacia su exesposa, Gillian, comenzó en 2019, cuando la pareja se mudó a Exeter con sus tres hijos pequeños.
Según la fiscalía, Hogg comenzó a mostrar signos de abuso al acusar a Gillian de “no ser divertida” después de sus noches de excesos con amigos.
La situación escaló con el tiempo, cuando él comenzó a enviarle mensajes alarmantes y a seguir sus movimientos a través de aplicaciones de localización.
La angustia emocional de Gillian se intensificó cuando Hogg envió más de 200 mensajes en unas pocas horas, lo que la llevó a sufrir una crisis de ansiedad.
En 2023, la situación llegó a su punto más crítico cuando Hogg se presentó en la casa de su esposa y la acosó con un aluvión de mensajes mientras ella salía con amigos.
La presión psicológica fue tal que, según se relató en el tribunal, en una ocasión Gillian sufrió un ataque de pánico debido a los mensajes constantes de su esposo.
Una sentencia que evitó la cárcel
A pesar de la gravedad de los cargos, Hogg logró evitar la prisión. En lugar de ser encarcelado, el tribunal de Selkirk le impuso una orden comunitaria con un año de supervisión y una orden de no contacto con su exesposa por cinco años.
Esta decisión vino después de que el tribunal considerara su situación personal y profesional, ya que Hogg, quien había regresado a jugar rugby en Montpellier en 2023, vive en Francia. Además, se le prohibió acercarse o contactar a Gillian, quien ya había recibido una orden de alejamiento previa.
El deportista también fue multado con 600 euros y un suplemento adicional de 40 euros como parte de la sentencia por violar las condiciones de su libertad provisional al contactarla en junio de 2023, cuando ella recibió 28 mensajes de él en una sola noche.