Roger Federer jugó un partido infartante ante el estadounidense Tennys Sandgren, donde levantó siete match points, para meterse en las semifinales del Abierto de Australia.

Sin embargo, y pese a estar disminuido físicamente, el jugador de 38 años dijo que siempre pensó que podía darle vuelta el resultado a su rival, número 100 del mundo.

“Sí (pensé que ganaría), pasas por muchos momentos. Después del medical time out estaba un poco preocupado. A veces espera que se solucione todo llamando al médico pero este no fue el caso. Ese tercer set ya estaba medio perdido por lo que era cuestión de calibrar lo que tenía y lo que no en mi juego. En el cuarto set descubrí de alguna manera que las cosas podían acabar rápido o que aún podía aguantar un poco. Él consiguió el break porque estaba jugando muy bien”, analizó.

Sobre sus problemas físicos, de cara a la semifinal con Novak Djokovic, indicó que “no sé si llamarlo lesión, dolor o problemas. Necesito saberlo. Ahora hay adrenalina en mi cuerpo por lo que hay que esperar. Teniendo dos días por delante es momento de dormir mucho y ver a los doctores y los fisios. Espero que no sea nada malo y que solo sea que se me ha tensionado la ingle después de jugar mucho o por los nervios. Esta noche o mañana lo veremos. El día después es importante para saberlo”.

Pero el suizo fue modesto a la hora de hablar de cómo se pudo reponer a las siete bolas de partido que dispuso el norteamericano en el cemento de Melbourne.

“Cuando me han dicho que eran siete he dicho: ‘¿Qué?’. Pensé que solo habían sido tres. Todo está un poco borroso para mí, ni me acuerdo lo que pasó. He tenido suerte en algún momento en esos puntos. Son puntos que duelen, he estado en el otro lugar también. A veces piensas si los podrías haber jugado de otra forma y yo también podría haberme equivocado. Hoy he tenido suerte”, cerró.