Este jueves la tenista rumana, Irina-Camelia Begu, se impuso frente a la rusa Ekaterina Alexandrova en la segunda ronda de Roland Garros, pero el resultado pasaría a segundo plano.
Eso por un incidente que protagonizó la deportista de Rumania, quien lanzó su raqueta al suelo después de un punto, dejando al público sorprendido.
En el rebote la raqueta casi impacta al niño, quien se puso a llorar a mares, mientras sus padres los abrazaban y trataban de consolarlo.
El juez de silla se acercó a ver al chiquillo y reprendió a Begu, pero increíblemente no le impuso ningún tipo de sanión por la clara consducta antideportiva.
El público comenzó a abuchear y el supervisor fue convocado para analizar la situación, pero nuevamente se determinó que Begu no sería descalificada.
El problema es que según el reglamento si la raqueta o la pelota no toca una persona, poniendo en riesgo su integridad física, se debe analizar la voluntariedad.
Por supuesto, Irina-Camelia Begu no quiso golpear al pequeño. De hecho al terminar el partido se acercó a abrazarlo y a tomarse fotos con él.
Begu ganó el partido por 6-7(3), 6-3 y 6-4 y se enfrentará en tercera ronda a la francesa Léolia Jeanjean, que derrotó a la checa Karolina Pliskova.