Los talibanes del boxeo dirán que fue una pelea sólo por dinero. Pero si fue así, el combate de exhibición entre Mike Tyson y Roy Jones Jr. valió cada centavo, porque los cincuentones dieron prueba de aquello que los convirtió en leyendas del boxeo a fines del siglo pasado.

La mejor prueba estuvo en Iron Mike, quien con 54 años y 15 sin pisar un cuadrilátero de manera profesional, honró la velada en el Staples Center de Los Angeles con movilidad más que aceptable y protagonismo sobre un rival a la altura.

En definitiva, Jones Jr. no quiso arriesgar de más con su físico inferior y Tyson evitó quedar descubierto por un golpe errado, reforzando la recomendación de cuidar a los púgiles que estuvo presente en los ocho asaltos.

En un encuentro donde reinó el carácter amistoso, El Hombre Más Malo del Planeta llevó la iniciativa y dejó satisfechos a los fanáticos, más allá del empate salomónico que zanjaron los jueces Christy Martin, Chad Dawson y Vinny Pazienza.

Mike Tyson y Roy Jones Jr. le dieron el broche de oro a una linda velada en Los Angeles. Foto: Getty Images

De esta manera quedó escrita la rentable confrontación entre dos leyendas, que dejó más de 10 millones de dólares en el bolsillo para Tyson (tres millones para Jones Jr) más un porcentaje del pay-per-view en Estados Unidos. Nada despreciable.

Para el remate, el desafío de un Tyson que quedó con gusto a poco. “Tenemos que hacerlo otra vez”, le propuso a Jones Jr., aunque de seguro será Evander Holyfield el principal interesado en volver a cruzar golpes con el ex múltiple campeón mundial.