Para nadie es duda el aporte que han significado los entrenadores argentinos en el fútbol sudamericano. Una ideología que traspasa fronteras y que ha esparcido a sus representantes en todo el planeta, pero que durante el Mundial de Rusia quedó absolutamente al debe.

Los fríos números señalan el pobre rendimiento. Dirigieron a cinco selecciones en 17 partidos, pero ninguno pudo avanzar de la segunda fase de la Copa del Mundo. Hoy se despidió la Colombia de José Pekerman, con ella la última ilusión albiceleste por escalar alto.

El balance no deja de ser mediocre. Apenas cinco victorias -una de las de Arabia Saudita sobre Egipto, es decir, de Juan Antonio Pizzi sobre Héctor Cúper- y dos sonados fracasos ([[Jorge Sampaoli]] y Pékerman) dejaron una escuela en ruinas.

Es que las selecciones de [[Argentina]] y Colombia debían marcar el camino. La primera, por la presencia de uno de los dos mejores jugadores de la última década y la presencia del plantel en las mejores ligas del mundo. Lo de los cafeteros, por un grupo abordable y una segunda fase en la que nunca mostraron hambre de seguir.

Pero todo da vueltas, y así como Ricardo Gareca pidió “un tiempo” para decidir si acepta el ofrecimiento de renovar su contrato con Perú, Sampaoli tiene los días contados en Argentina. Pekerman y Cúper quedaron libres de compromiso y solo Pizzi renovó, amén de su victoria sobre Egipto.

Fotos: Agencia Uno