La Gran Final de ida de la Copa Libertadores 2018 ya terminó y en el partidazo 2-2 entre Boca Juniors y River Plate hubo alguien que sí salió como triunfador: Roberto Tobar y sus asistentes Christian Schiemann y Claudio Ríos y el buen cometido en el encuentro.
Tobar prácticamente no tuvo polémicas y, además de no ser influyente en el resultado final, pasó casi desapercibido puesto que no tuvo jugadas ni decisiones complicadas o comentadas, haciendo innecesario tener VAR, ya que no fue necesario utilizarlo.
El árbitro chileno solo discutió con Ramón Ábila, que le pidió cobrar un penal que no fue al principio del segundo tiempo, y recibió los reclamos de Rafael Santos Borré cuando recibió la tarjeta amarilla tras gritarle “hijo de pu…”, ya que con ella se perdería la final de vuelta del 24 de noviembre en el Estadio Monumental. Su buen criterio en las decisiones lo tiene en lo más alto en Sudamérica y recibiendo los elogios de hinchas chilenos y extranjeros por el cometido en el partido.
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