Corría 1982 y Nelson Piquet, por entonces vigente campeón del mundo de Fórmula 1, tenía la victoria en el bolsillo en el Gran Premio de Alemania. El brasileño lideraba cómodo en el circuito de Hockenheim, hasta que apareció Eliseo Salazar.
El piloto chileno, que en ese momento era un backmarker (es decir, un rezagado que está a punto de ser doblado), no se apartó lo suficiente cuando Piquet intentó pasarlo. El resultado fue un choque y ambos fuera de carrera. Pero lo más polémico vino después.
La vez que Eliseo Salazar hizo estallar a un campeón de F1
Apenas se bajaron del auto, Nelson Piquet no lo pensó dos veces: se fue con todo contra Salazar. Lo empujó, lo golpeó, incluso lo pateó. Y todo esto en plena pista, con las cámaras captando cada segundo.
Eliseo, sorprendentemente tranquilo, no respondió. Al tratarse de un amigo, se quedó ahí, estoico, mientras el campeón se descargaba.
La llamada que nadie esperaba
Meses después del escándalo, el teléfono de Salazar sonó. Era Piquet. ¿Para qué? Para pedirle disculpas.
Resulta que tras revisar la telemetría, el brasileño descubrió que el motor de su auto ya tenía fallas y que probablemente ni siquiera habría terminado la carrera.
Una historia de Fórmula 1 con toque chileno, que combina adrenalina, polémica y un final casi cinematográfico.