La Fórmula 1 partió con todo el 2025. Cinco fechas, una McLaren encendida y un Max Verstappen que ya no corre con la tranquilidad de temporadas pasadas.

Pero más allá de los triunfos, un nuevo escándalo sacude el paddock: la FIA fue acusada de editar y censurar comunicaciones por radio de los pilotos durante las transmisiones oficiales.

Todo estalló en el GP de Arabia Saudita, cuando al neerlandés de Red Bull se le informó en vivo sobre una sanción de cinco segundos. Su respuesta fue transmitida con un pitido, lo que dio a entender que había soltado una grosería.

Pero en realidad, Max dijo: “Oh, qué adorable“, de forma irónica. Nada que ameritara censura.

Todos apuntan a la FIA como la culpable

El medio español Marca aseguró que la Federación Internacional del Automóvil (FIA) estaría intentando armar una “novela al estilo Drive to Survive” de Netflix, con el propósito de crear tensión, aunque eso implique alterar la realidad.

Y no es el único caso. En Japón, el turno fue de Lewis Hamilton. Según la transmisión, Ferrari le ordenó ceder su puesto a Charles Leclerc. Pero la historia real fue otra: fue el propio británico quien ofreció dejarlo pasar.

Los equipos están molestos y los pilotos en alerta

Tanto Red Bull como Ferrari se han mostrado, al menos, incómodos. No es para menos. La manipulación mediática no solo distorsiona los hechos, también afecta la imagen pública de sus estrellas.

Y en un deporte donde cada gesto cuenta, eso puede ser muy grave.