Valtteri Bottas, casi de manera heroica, mantiene el suspenso en la definición del nuevo campeón de la Formula 1. O más bien, de la ratificación de Lewis Hamilton como hexacampeón de la máxima velocidad.
El finlandés se llevó las clasificaciones del Gran Premio de Estados Unidos, y arrancará en la pole position en Austin, carrera que necesita ganar si desea postergar nuevamente la coronación de su compañero de Mercedes.
Las matemáticas son claras. Para ser campeón, a Hamilton le basta con ser octavo o noveno con la vuelta rápida. Y partirá en el quinto lugar de la grilla después de una estrategia en la que está claro que no arriesgará de más.
Para Bottas está más difícil la cosa. Si sale segundo, le entregará la copa a Hamilton, que en todos los escenarios podrá ser campeón en dos semanas más en Interlagos. Aunque la sensación es que el título cae en Estados Unidos.
El podio de partida en Austin lo completarán Sebastian Vettel y Max Verstappen, seguidos por Charles Leclerc y Hamilton, quienes dan seguridad de una entretenida lucha por las primeras posiciones, más allá de que el campeón ya parezca definido.