Una memorable jornada se vivió en el Mundial de Clubes, porque Tigres venció por 1-0 al Palmeiras de Benjamín Kuscevic, quien miró el partido desde la banca de suplentes, y avanzó a la gran final del certamen, por primera vez en la historia para un equipo de la CONCACAF.

El primer tiempo estuvo marcado por el amplio dominio del equipo mexicano, ya que controló la posesión de balón (59%) y se fabricó tres ocasiones claras para inaugurar el marcador. Sin embargo, el portero Weverton ahogó los gritos de gol.

En la etapa de complemento, el equipo felino no bajó los brazos y encontró premio gracias a una inocente falta dentro del área y que el juez principal no dudó en sancionar como penal: el delantero francés André-Pierre Gignac (54’) no se puso nervioso y lo transformó en gol.

Ante la urgencia de alcanzar el empate, el equipo brasileño realizó tres modificaciones, adelantó las líneas y se adueñó del balón. No obstante, su juego no mejoró mucho y en lo que restó de partido no fue capaz de crear una sola ocasión clara de gol.

De esta manera, Tigres alcanza una histórica final y espera rival: FC Bayern Múnich o Al Ahly. El vencedor de este compromiso jugará el partido definitorio el próximo jueves, mientras que el perdedor jugará ante Palmeiras por el tercer puesto.