Marcelo se sinceró y contó que antes de la final en el Estadio Olímpico de Kiev, que coronó al Real Madrid campeón de la Champions League 2018, los sentimientos y emociones lo complicaron.
“No podía respirar. Intenté no entrar en pánico. Fue en el vestuario justo antes de la final de Champions contra el Liverpool en 2018. No podía comer, no podía dormir”, dijo Marcelo a The Players Tribune.
Agregó que “cuando tienes la oportunidad de hacer historia sientes esa carga. Pero por alguna razón la estaba sintiendo de verdad. Nunca antes había sentido una ansiedad tan intensa, así que no sabía qué estaba pasando. Pensé en llamar al médico, pero me preocupaba que no me dejara jugar”.
Complementa: “¿cuántos niños en el mundo juegan a la pelota? ¿Cuántos de ellos sueñan con jugar en una final de la Champions League? Cuando finalmente pisé el césped todavía tenía problemas para respirar y pensé: si tengo que morir aquí esta noche, joder… Moriré”.
Incluso, el defensor tuvo un momento de calma antes de derramar lágrimas. Sólo después pudo entrar de lleno en el partido.
“Nos colocamos para el saque inicial. Bajo todas las luces vi el balón de fútbol en el círculo central y todo cambió. El peso se fue quitado de mi pecho. Estaba en paz”, contó.
“Pero la pelota salió en un saque de banda, tuve tiempo para pensar… y empecé a llorar. Estuve sollozando, en el mismo campo. Nunca antes me había pasado algo así. Fue sólo durante diez segundos. El balón volvió y pensé: ¡Mierda! Tengo que marcar a mi hombre. Volví a la realidad y seguí jugando como un niño”, manifestó.
Sentencia que “no somos superhéroes. Por eso te cuento lo que me pasó. Esto es la vida real. Somos seres humanos. Sangramos y nos preocupamos, como cualquier otra persona”.