Ya lo advertían en la transmisión oficial del duelo de anoche: Adrián Martínez, delantero argentino del Club Libertad de Paraguay tiene una historia de vida muy particular. En efecto este delantero estuvo dos veces a punto de dejar el fútbol y ayer estuvo, en gloria y majestad, como figura en el triunfo de los suyos contra la UC en el inicio de la fase de grupos de la Libertadores.

Martínez hizo las inferiores en Villa Dálmine, tal y como consigna Clarín. Pero ante la falta de oportunidades, tomó un trabajo como recolector de basura en su natal Barrio Las Acacias en Campana, en una zona del conurbanobonaerense.

“Todo cambió por completo cuandoun accidente automovilísticole dejó muy comprometida la mano: se le cortaron varios vasos sanguíneos. A partir de allíperdió su trabajoy le costó mucho volver a conseguir empleo. Y tenía una familia que mantener”, mencionaban en la citada publicación.

Pero no sería todo, Martínez fue vinculado a un confuso episodio que lo llevó a la cárcel: “A mi hermano le pegaron cuatro tirosy la gente del barriole prendió fuego la casa a los agresores. Por ese hecho, a mí y otros familiares nos metieron presos.Estuvimos seis meses encerrados, hasta que resolvieron dejarme libre de culpa y cargo”, recordó.

Sobre su experiencia en la cárcel, recordó al suplemento Enganche de Página 12: “Ahí (en la cárcel) dormía sobre una chapa. Si te llevan una frazada tus familiares, al menos tenés para hacerte un colchón. Si tenés muchas frazadas y vas a ver a tus visitas, quizás los otros presos te las pescan. Te las sacan con una caña por el pasaplatos. A mí no me las pescaron porque ya estaba advertido”.

Tras esto, parecía imposible la vuelta. Pero hizo una prueba en Defensores Unidos de Zárate, de la tercera categoría del fútbol argentino. Esto fue en 2015. De ahí pasó a Atlanta, tradicional equipo del ascenso. Luego aterrizó en Sol de América de Paraguay antes de sumarse a Libertad, donde ya tiene los dos goles que le hizo a la UC, y 4 más que ya le hizo a The Strongest en la fase previa.