El nombre de N’Golo Kanté hoy está en boca de todos. El mediocampista francés fue la figura de la final de la Champions League que Chelsea le ganó a Manchester City y ratificó su lugar entre los mejores futbolistas del mundo en la actualidad.
Pero la historia del relojito parisino no fue siempre tan estelar. Su baja estatura lo dejó fuera del radar de los grandes de Europa y comenzó su camino en la segunda división de Francia, en una progresión que pocos imaginaban.
Fueron esos inicios los que marcaron una insospechada relación con el fútbol chileno y específicamente con Charles Aránguiz. De hecho, el Príncipe no quiso tomar el camino que eligió Kanté, una de las decisiones que terminan marcando carreras.
La historia fue en 2015, cuando el mediocampista chileno brillaba en Internacional de Porto Alegre y el francés asomaba la cabeza en el humilde Caen de la Ligue 1. Y Leicester estaba en búsqueda da eun reemplazante de Esteban Cambiasso para su mediocampo.
El equipo de la Premier League comenzaba a ser dirigido por Claudio Ranieri y apostó fuerte por los dos jugadores. Ofreció 9 millones de euros al Caen y 14 millones al Inter para quedarse con ambas fichas, pero Aránguiz dijo no y optó por el Bayer Leverkusen.
“No estamos hablando solamente de dinero. Entre Leicester y Bayer Leverkusen, Leverkusen es mejor. Es un equipo más grande y quiero irme para allá”, estableció el seleccionado chileno, que quería jugar Champions League, opción que tenía en el club alemán.
“Prefiero irme a Alemania. Tengo una oferta que me atrae mucho. Creo que daré un paso importante en mi carrera. Espero que los dirigentes lo comprendan. Si no me voy a Alemania, seguiré feliz en Inter, igual que mi familia”, refrendó Charles.
Los destinos no volvieron a cruzarse. Mientras Aránguiz comenzaba una larga estadía en el Bayer Leverkusen, donde ahora es el capitán del equipo, Kanté subió como la espuma en la Premier League y se coronó sorpresivamente campeón con el Leicester un año después.
En 2016 vino un nuevo salto para el francés, esta vez al poderoso Chelsea a cambio de 36 millones de euros. Con los Blues adquirió toda la notoriedad internacional y se volvió insustituible en la selección francesa, con la que ganó el Mundial de Rusia en 2018.
Charles no lo hizo mal. Fue bicampeón de América con la selección chilena y adquirió un estatus estelar en la Bundesliga. Aunque la historia pudo ser distinta si en 2015 seguía el camino de la Premier League.