Barcelona estuvo a punto de emular el rídiculo de Real Madrid en los diecisiesavos de final de la Copa del Rey al imponerse, con exceso de trabajo, al Cornellá que ya venía de ser el verdugo de Atlético de Madrid en la ronda anterior. Los catalanes tuvieron que esperar hasta la prórroga para imponerse 2-0.
El equipo dirigido por Ronald Koeman, quien utilizó una alineación alternativa, además de no poder contar con Lionel Messi por su sanción además de darle descanso a Frenkie de Jong y Jordi Alba, dominó las acciones y no sufrió en defensa pero tampoco lograron ser lo superiores que se debe ser ante un conjunto de tercera división.
Los blaugranas tuvieron que esforzarse de más por culpa de su mala puntería pues fallaron dos penales. El primero fue por parte del bosnio Miralem Pjanic al minuto 39 con un cobro fuerte pero no tan esquinado por lo que el guardameta Ramón Juan pudo despejar con una gran reacción y lanzándose a su derecha.
El resto del encuentro transcurrió sin mayores sobresaltos hasta que faltando 10 para el final llegó otra pena máxima para Barcelona. La pelota la tomó, esta vez, Ouasmane Dembélé pero su ejecución estuvo lejos de ser buena y fue a todo el centro por lo que al portero solo le bastó con mover levemente su pie.
El compromiso fue forzado a irse a tiempo extra y rápidamente el propio Dembélé, al segundo minuto de la prórroga, quien consiguió el gol con un disparo potente desde afuera del área que no pudo ser contenido por Ramón Juan, quien a pesar de tocarla no pudo evitarlo ante la violencia del remate. Barcelona sentenció en la última jugada en una contra en la que Pedri la armó toda en combinación con Dembélé y cuando tenía todo para definir prefirió dejarla para Martin Braithwaite, quien la mandó a guardar a arco vacío.