Claduio Borghi fue uno de los nombres que sonó para ser entrenador de Colo Colo luego de la salida de Jorge Almirón. A pesar de que hace muchos años no dirige, el cariño que le tiene el hincha albo hizo que asomara como candidato.

Eso sí, sabe que se trata de una labor muy dura. “El buzo pesa más que la camiseta de jugador. Si no juegas bien, el el equipo te sostiene, pero si anda mal el equipo quedas solo en forma automática”, explicó en el podcast Pelotazo al 10.

Luego sostuvo que tiene una marca muy especial en el Cacique, pues nunca perdió un torneo en los casi dos años y medio que dirigió. “No me quiero hacer el canchero, pero no sé lo que es perder con Colo Colo”, señaló. “Pero sí sé lo que es ganar”, agregó.

“Nosotros no llegamos para ser campeones. Colo Colo podía quebrar otra vez y la idea era poner jóvenes para recaudar dinero, lo que se hizo con creces. Pero ganamos, luego gané otra vez, otra vez y otra vez”, explicó el campeón del mundo en 1986.

Borghi fue tetracampeón con Colo Colo el 2006 y 2007

La presión de entrenar a Colo Colo

Borghi asegura que era muy difícil en esa época reinventarse en el éxito. “Vendieron jugadores y uno dice se acabó esto. De hecho en el único lugar en el que se me cayó el pelo fue en Colo Colo, alopecia por los nervios”, señaló.

Incluso han muchos que le han señalado por qué le pasó esto si todo salía bien. “Me dices ‘si ganaste siempre, por qué’ y es difícil de explicar, porque Colo Colo es transversal en la sociedad. No te puedes escapar si te va bien o mal”.

Ahí es donde explicó una anécdota. “A nosotros nos gusta Chiloé y fui a conocer unas iglesias perdidas en el tiempo. Ahí encontramos a un señor que tiraba un carro tirado por bueyes, cargado de leña y sin ruedas, con patines. Conversamos, le pregunté si podía tomarme una foto y me dijo que no había ni luz y menos diarios, pero me mira y me dice “¿usted no es el Borghi?”. Si te conocer ese compadre en el medio de la nada, te quiero decir que Colo Colo te persigue”.

Finalmente, explica que es colocolino, pero jamás le desea mal a la U. de Chile. “Uno de mis mejores amigos acá es chuncho. Pero chuncho chuncho. Y no tengo problema, porque no le falto el respeto al rival. Uno depende del otro, si desaparece uno pierde el otro. Somos buenos competidores“, cerró.