Miguel Riffo tiene cientos de historias. Pero pocas como la del 6 de julio de 2003, cuando Colo Colo se enfrentó a Cobreloa en la final del Torneo de Apertura y tenía aIván Zamorano como gran carta para desafiar al equipo de Nelson Acosta.
El Cacique buscaba el bicampeonato después de igualar 0-0 en la ida. Pero la brújula marcó hacia el norte y Cobreloa se impuso por 4-0 en un polémico encuentro donde fueron expulsados Zamorano, Riffo y Marcos Villaseca.
Días más tarde y luego de que recibiera una suspensión de once partidos por agredir al árbitroCarlos Chandía, Bam Bam anunció oficialmente su retiro del fútbol. Pero la decisión ya estaba tomada, como reconoció el mismo Riffo en conversación con LUN.
“La gente no lo sabe y lo voy a contar por primera vez: Iván ya tenía decidido que se iba a retirar aunque hubiésemos ganado el título. No fue por el castigo”, explicó el ex defensor del cuadro albo y la selección chilena.
“La noche anterior al partido ante Cobreloa, él nos reunió a todos los jugadores en su habitación y nos dijo que había tomado esa decisión, que ni siquiera le había contado a su familia”, recordó Riffo.
Por eso, el Pichichi y campeón de España “nos pidió todo el esfuerzo. Nos habló que, para él, que había ganado todo en el Real Madrid, jugar en Colo Colo y ser campeón era su sueño y el de su papá”, explicó.
En definitiva, el sueño no se cumplió y Riffo lo lamentó en las duchas. “Me acordé de eso tras el partido y por eso me puse a llorar. Lo curioso es que fue el propio Iván el que terminó consolándome”, concluye el ex zaguero.
El futuro no vino mal para Riffo, ya que pudo acumular siete títulos del Campeonato Nacional con el Colo Colo de Claudio Borghi. Nada mal para un jugador que tuvo un carrera cruzada por los problemas físicos.