Marcelo Ramírez fue una institución en Colo Colo a fines del Siglo XX. El Rambo reemplazó a Daniel Morón en la puerta y se convirtió rápidamente en uno de los favoritos de los hinchas, por su pintura de guerra y dotes cinematográficos.

Pero el personaje necesitaba una caracterización. Y en ese sentido, Ramírez fue uno de los primeros futbolistas en Chile que abiertamente se aclarabanel pelo. Del negro original fue variando a distintas tonalidades de castaño y rubio, para deleite de los fanáticos.

“El shampoo era raro en Colo Colo, porque como que te aclaraba un poco el pelo”, se ríe en conversación con Redgol. Y es que el fenómeno se repitió en otros jugadores, como José Luis Sierra, Fernando Vergara y Richard Zambrano.

“En ese tiempo me acuerdo que estaba de moda el rubio, como ahora andan muchísimos medios blondos. Sobre todo en la pandemia, algunos se pintan canas en todo el pelo”, reconoce el ex arquero mundialista.

A Marcelo Ramírez se le pasó la manzanilla durante los increíbles años 90 de Colo Colo

De todas maneras, el recuerdo le saca una sonrisa a Rambo. “Antes era en menor medida que ahora y sólo habíamos algunos que nos aclarábamos un poquito el pelo. Ahora se me está aclarando de nuevo, pero esta vezreal, color ceniza, jajajá”, confiesa.

Lo cierto es que Ramírez dejó una huella inolvidable para quienes seguían con pasión el fútbol chileno quizás en la década más competitiva de su centenaria historia.

Voy al banco, voy al banco

Uno de los mitos de los años 90 nació cuando, para eludir el acoso periodístico después de un entrenamiento, Marcelo Ramírez salió rápido diciendo “voy al banco, voy al banco”, justo antes de que cerraran la oficina a las 14:00 horas. El problema es que lo dijo un sábado.

Hoy se ríe con el recuerdo. “Puede ser… ¿sabes por qué? En ese tiempo no había la rueda de prensa que hay hoy, que es más ordenada, tiene un protocolo. En ese tiempo era más desordenado”, reconoce el ex arquero.

Daniel Morón y Marcelo Ramírez fueron pilares en la obtención de la Recopa Sudamericana para Colo Colo

“En la semana había que hacer cosas: trámites, horas médicas, ir al banco. De repente eran las 13:50 y venía un periodista a hablarte… y le decía ‘voy al banco’. No sé si lo dije un día sábado, pero era un hábito, capaz fue por irme rápido o porque estaba cansado”, asume.

En todo caso, la escena hoy parece muy lejana. “Hoy no pasa, pero en ese tiempo había mucha gente cuando entrenábamos. Iban buses completos con niños de escuelas de fútbol que se ponían entre las canchas y los camarines”, recuerda El Rambo.

“A veces estábamos una hora o una hora y media sacándonos fotos y firmando autógrafos. Más encima, después te duchabas, salías al estacionamiento y había treinta periodistas esperando. Entonces eran dos horas”, se justifica finalmente.