Pese a su lesión en el aductor de la pierna izquierda, Esteban Paredes aún tuvo tiempo de ver el final del Superclásico en la banca y gritarle un par de cosas a Pablo Mouche por no terminar de manera adecuada una jugada.

Aquello no le gustó mucho a Mouche, figura alba del partido, quien se fue directo a camarín y sin hablar con nadie. Paredes vio la situación y pilló a Iván Morales, delantero juvenil, quien iba por el mismo camino: se marchaba sin juntarse con sus compañeros a despedirse de la afición.

Paredes retó entonces al joven delantero y lo obligó a seguir a los suyos. Mouche, en tanto, no dijo nada en su salida del estadio Nacional, pese a su gol y a ser de lo más destacado del cuadro albo en un irregular Superclásico para ellos.