La suspensión de la Supercopa marca un inicio de temporada triste para el fútbol chileno. Asunto que abordó Juan Cristóbal Guarello en Radio Agricultura, desmenuzando el inconveniente que afecta a la industria.
“El problema es que cada vez el fútbol está más arrinconado. Analicemos los partidos sin público hace 10 años, no habían. La autoridad ya estaba poniendo problemas en algunos partidos del fixture, que se juegan en abril”, comenzó señalando.
Luego hizo una comparación. “Si la solución es pasarle un paño a la herida y no le metes antibiótico, la herida se agrandará hasta perder la extremidad. Así de simple. Lo que está pasando acá es que la herida de la violencia de las barras bravas ha ido creciendo”, manifestó sobre lo que ocurre con estos grupos de personas.
“El problema antes se podía enfocar. Ahora es un desorden complicado, por los piños que se juntan, se enemistan, se pelean y cada uno tiene su propio negocio. A esta gente no le interesa el fútbol, sólo exhibirse ellos con un narcisismo desproporcionado, porque ellos son la fiesta, ellos son el espectáculo y ellos tienen la razón“, contó.
La validación de la violencia de las barras bravas
Para Guarello, el conflicto es enorme porque estos delincuentes fueron elevados a un pedestal en medio de la revuelta social que vivió Chile en el 2019.
“Lo peor es que se les validó de tal manera, que incluso hubo gente que dijo que estos hueones deberían escribir la constitución. Y no estoy haciendo una caricatura”, manifestó.
Agregó el comunicador que “en Ciper unos sociólogos dijeron que las barras eran espectaculares, un nuevo tipo de manifestación popular y que deberían estar en la convención constitucional. A ese nivel de validación llegamos hace cuatro años, no hace 20 años, hace cuatro”.
“Esta gente que desde la academia los infló, se les caía la baba, le besaban las uñas sucias y se postraban ante estos delincuentes. Ahora que asuman las consecuencias, por último teóricas, porque eso también te construye una realidad”, agregó de manera tajante.
Finalizó Guarello diciendo que “los que vivimos esta realidad, porque tengo 50 años de estadio, sabemos desde la fenomenología, de haber estado in situ en el lugar y haber visto la depredación y la caída permanente e irreversible de la actividad, que esto se está acabando. No sé si vamos a poder seguir jugando, porque se van a suspender no sé cuántos partidos”.