Borussia Dortmund se metió en los cuartos de final de la Champions League, eliminando a Sevilla, de la mano de su estrella, el delantero noruego Erling Haaland, quien fue el jugador decisivo de la serie.
El Androide fue el encargado de desnivelar la llave a favor de los alemanes, porque anotó dos goles en el estadio Signal Iduna Park, que a la postre le dieron la clasificación al elenco que viste de amarillo.
Durante el encuentro el escandinavo protagonizó una polémica, que le costó tarjeta amarilla, porque tras su segundo gol, anotado vía lanzamiento penal, le fue a gritar con todo el tanto al portero Bono, y todo tuvo una razón anterior.
El meta marroquí le contuvo un tiro desde los 12 pasos al zurdo, y justo en el momento en que el tiro iba a ser lanzado gritó “Kiricocho”, una vieja palabra usada en España como “mufa” a la hora de que los rivales pateen los penales.
Haaland se percató de ese grito y luego tuvo revancha, porque pateó otra vez y ahora sí anoto, y le gritó de vuelta a Bono, lo que provocó una pelea y el mismo noruego lo explicó a la televisión alemana.
“El arquero me gritó cuando atajó el penal y pensé, ojalá te pueda hacer otro gol. Y se lo hice”, señaló en primera instancia.
Al ser consultado sobre qué le dijeron contó: “No tengo idea, le dije lo mismo que me dijo él. No sé qué significa”.
En los audios del ambiente se escucha claro que Bono grita “Kiricocho”, lo que le resultó solo una vez, porque luego Erling Haaland se tomó revancha y anotó.