El impactante final de House of the Dragon no sólo fue la declaración de guerra definitiva entre los Targaryen, sino que tiene consecuencias inmediatas que no alcanzaron a ser mostradas en el episodio. Como aparentemente faltan dos años antes de que se estrene la segunda temporada, en RedCarpet de RedGol te contamos lo que ocurrirá.

— ALERTA DE SPOILER: Si no has visto el capítulo 10 de House of the Dragon y no quieres conocer detalles de la futura trama, deja de leer aquí este artículo—

En el final de temporada, titulado La Reina Negra, una seguidilla de suceso encaminó a los Targaryen hacia el inevitable choque armado entre las facciones de la familia, luego de la coronación de Aegon II en Desembarco del Rey.

El alzamiento del usurpador hizo que Rhaenyra, verdadera heredera de Viserys, comenzara a evaluar el panorama que tenía ante sí, para recuperar los Siete Reinos, poniendo en la balanza a enemigos y aliados, evitando hasta el momento un conflicto directo que perturbara la paz y la unidad en Poniente.

Mientras la mayoría de quienes la rodeaban le pedían que reaccionara de manera vengativa, ella aseguraba que no iba a cometer el primer acto que desatara una guerra.

Fue así que decidió comenzar a verificar sus apoyos, no sólo con cuervos, sino que determinando que sus hijos Jacaerys y Lucerys Velaryon acudieran a distintos puntos del continente para recordarle a los señores su lealtad. El primero se encaminó hacia el norte, con destino final en Invernalia de los Stark, mientras que el segundo acudió al su a Bastión de Tormentas, residencia de la Casa Baratheon.

La historia siguió a Lucerys, quien apenas arribó al castillo se dio cuenta de que su tío Aemond ya se encontraba en el lugar junto a Vhagar, con la promesa de casarse con una de las hijas de Borros Baratheon para así asegurar el apoyo a los Verdes.

Como ya estaba comprometido, Luke sólo llevaba un mensaje que terminó siendo rechazado por Borros, negándose a renovar los votos de su padre Boremund. Pero antes de que se retirara del lugar, Aemond le exigió que le entregara un ojo, por el que él había perdido a sus manos cuando eran más jóvenes. Sin embargo, Borros impidió el derramamiento de sangre en su casa.

En su retirada Lucerys y Arrax, su joven dragón, fueron acosados en el aire por Aemond y Vhagar; pero lo que parecía una peligrosa jugarreta se terminó convirtiendo en el acto de guerra definitivo: Aemond perdió el control de Vhagar y este terminó destrozando a Lucerys y Arrax en una feroz arremetida; obviamente, despertando la ira de Rhaenyra, quien en el mismo episodio ya había perdido a una hija, ya que su sexto retoño nació muerta.

House of the Dragon | ¿Cuál es la consecuencia inmediata de la brutal muerte en el final de temporada?

“Entonces estalló la tormenta, y los dragones bailaron”, es la frase con que en el libro Fuego y Sangre, de George R.R. Martin, se marca el inicio de la Danza de Dragones, la guerra civil que enfrenta a los Targaryen.

Pero en el mismo texto se describe la consecuencia inmediata del acto de guerra cometido por Aemond.

Cuando la muerte de Lucerys fue informada en Rocadragón, su madre se derrumbó y su hermano Joffrey juró venganza contra Aemond y Lord Borros.

Daemon Targaryen, instalado en Harrenhal por su estrategia, envió cuervos con mensas, dos mensajes, para ser más precisos: “Un ojo por un ojo, un hijo por un hijo” y “Lucerys será vengado”.

Las represalias pronto tuvieron lugar en la forma de dos hombres, Sangre y Queso. Sangre era un espadachín enorme, corpulento y brutal, mientras que Queso fue un cazador de ratas que, según el bufón Champiñón, “se conocía la Fortaleza Roja mejor que su polla”.

Ambos sujetos aparecieron en las habitaciones de la reina Alicent Hightower en la Torre de la Mano de la Fortaleza Roja, justo cuando, como era su costumbre, la reina Helaena, hermana y esposa de Aegon II, llevaba a sus tres hijos a visitar a su abuela antes de ir a dormir.

Cuando la reina Helaena entró en la habitación, Sangre trancó la puerta y mató al guardia de la reina mientras Queso apresaba al pequeño príncipe Maelor.

El mensaje que entregó Queso no tuvo dobles lecturas: eran “recolectores de deudas”, y parafraseó a Daemon Targaryen. Eso sí, le dio la opción a Helaena sobre cuál de sus hijos sería el asesinado.

“Ojo por ojo, hijo por hijo. Solo queremos a uno, para igualar las cosas. Al resto no os tocaremos un pelo de vuestras cabecitas. ¿A cuál preferís perder, alteza?”, indicó Queso.

Helaena se ofreció ella misma, pero los asesinos la rechazaron, diciendo que debía ser un hijo varón. La reina dudó aún más, por lo que Queso aplicó presión resaltando que no pensara demasiado, porque Sangre podía aburrirse y violar a la princesa Jaehaera.

Entonces, de rodillas y llorando, Helaena nombró a su hijo menor Maelor, de apenas dos años. Una vez en sus oídos la decisión, Sangre asintió y asesinó al mayor, al príncipe Jaehaerys, y decapitó al niño de seis años con un solo golpe con su espada, cobrando la deuda.

Si bien se alertó a la guardia, los dos hombres consiguieron huir del castillo. Sangre fue capturado en la Puerta de los Dioses, cuando intentaba escapar de Desembarco del Rey con la cabeza del príncipe, dos días después.

Trece días de tortura lo esperaban, periodo en el que terminó confesando que planeaba llevar los restos del príncipe hasta Harrenhal, para reclamar la recompensa del príncipe Daemon. Además, expuso que había sido contratado por una prostituta apodada Miseria. Posteriormente, murió por los hostigamientos.

De Queso no se encontró ningún rastro. En su furia, el rey Aegon II Targaryen ordenó ejecutar a todos los cazadores de ratas de la Fortaleza Roja. Mientras que Ser Otto Hightower tuvo que reemplazarlos con cien gatos para la fortaleza.

Nunca se conocieron los verdaderos nombres de Sangre y Queso.