Jorge Zabaleta una vez más captó miradas por las historias que cuenta en el programa en Instagram “Socios”, que tiene junto a Pancho Saavedra, ésta vez al desclasificar una fallida cita con “una cabra que es linda, que más encima se cree linda”.

“Esta era una cabra, olvídate, morena, crespa, apagabas la luz y le decías ‘ríete porque no te veo’. Así negra, espectacular”, partió contando el actor, en referencia a un episodio que vivió en su juventud, cuando aún estudiaba.

Entonces, “la paso a buscar. No nos conocíamos. Yo me la jugué, le dije quién era. ‘Ah, sí, te conozco, te ubico’. Nos conocíamos como de vista. No nos conocíamos nada”.

“Yo la paso a buscar en el auto. En ese tiempo tenía un auto bien penca, se desarmaba solo… Una vez se me salió una rueda en la carretera. Imagínate. Y voy en el auto y de repente veo una rueda. ‘Pobre weón, se le salió una rueda’. Y era yo”, explicó.

Complementando la historia, Zabaleta explicó que a veces “se quedaba en pana y yo andaba con un palo de escoba en la maleta. Entonces, quedaba en pana, me estacionaba, apagaba el motor, de repente me subía y la cuestión no partía. Sacaba el palo de escoba y le pegaba al motor de partida, y partía”.

En el momento clave de encontrarse con ella, “justo la paso a buscar. Se sube. Y adentro del auto era un olor que no se soportaba. La cagó la humedad, tenía hoyos, le entraba agua. Un olor, olvídate. Una vez una micro pasó por al lado y le hizo un tajo, por eso se le metía el agua”.

“Se sube. Trato de hacerlo partir. No parte. Con el palo le pego al motor de partida y parte. Y eso parece que le pareció muy mala a la señorita. Así como que no estaba a su altura”, explicó Zabaleta.

El protagonista de “Brujas” luego recalcó que “ella era muy estupenda, muy estupenda. Pero qué le importaba, si era un pendejo que tenía 20 años. Además, ese auto me lo había comprado yo con mi trabajo. Yo me compré ese auto trabajando en lo que fuera. Es que siempre fui muy negociante. Vendía quesos, vendía huevos, lo que sea, menos la dignidad. Eso no tenía precio”.

“Bueno, la paso a buscar y parece que no le gustó el auto. Le dije ‘vamos a ir a bailar a una disco’. Ya, partimos para la disco. Me junté con unos amigos. Y oye, puros problemas. ‘Ay, es que no sé, es que la guardarropía está llena de gente’. ‘Bueno, deja la cuestión ahí’. ‘Es que me la pueden robar'”.

“La cuestión es que nos quedamos parados acá, vigilándole el chaquetón para que no se lo roben. Me tenía… Puta la mina pesada, llena de problemas. Lo estaba pasando como el loli. Entonces fui súper desgraciado. Le dije ‘¿sabí qué? Te voy a ir a dejar porque yo trabajo“, continuó el intérprete.

Pero todos tienen un límite y Jorge había alcanzado el suyo: “Le dije ‘yo me saco la cresta por tener mis luquitas para invitarte a salir. No le digo a mi papá que me dé plata. Yo me gano mi plata. Yo trabajo y tengo mis lucas. Me las estoy gastando contigo para sacarte a pasear y lo pasemos bien, y lo estoy pasando como el hoyo‘. Y la fui a dejar”

“Sí, la fui a dejar. Le dije ‘¿sabí? Lo estoy pasando mal’. Entonces, claro, la cabra linda-linda, ¿pero sabí qué? No hay nada peor que una cabra que es linda, que más encima se cree linda, actúa como linda y no. Entonces chao-chao“, sentenció.