Iván “Potro” Cabrera sorprendió este fin de semana al revelar que le salvó la vida a una vecina que era nada menos que una abuelita de 90 años.

La anécdota la contó en medio de una conversación con Martín Cárcamo y Diana Bolocco en el programa “Pijama Party” a través de Instagram. En la instancia el ex chicoYingocontó con lujo de detalles cómo sucedieron los hechos, a pesar de que no quería que esa historia se hiciera pública.

Sin embargo, cambió de perspectiva sobre todo porque considera ser un “afortunado de haber vivido algo así”.

La emergencia se detonó justo después de que Cabrera había retornado de las compras que hizo en el supermercado. Repentinamente tocaron la puerta.

“Yo lo encontré extraño, porque acá obviamente hay citófono, si llega alguien te avisan… y abro la puerta y era mi vecina que tiene 70 y algo años y vive con su mamá que tiene 90 y algo. Son personas que conozco hace mucho tiempo, y me dice ‘¡Vecino, vecino! Mi mamá se está ahogando. ¡Se me muere!’“, explicó.

De inmediato, Cabrera acudió al rescate: “Ella había comido una empanada. Como padece de Alzheimer, justamente en el hecho de ingerir se le olvidala comida. Se quedó en la vía respiratoria, roja, los labios morados, no estaba saturando oxígeno”.

Sin polera y reaccionando más que pensando, Iván Potro Cabrera terminó salvándole la vida a su vecina.

Sin polera y reaccionando más que pensando, Iván Potro Cabrera terminó salvándole la vida a su vecina.

Yo nunca en mi vida había hecho primeros auxilios. Nunca, a lo más lo había visto o en la clínica cuando te enseñan cuando tú vas a ser papá el mecanismo, pero yo me puse pálido. Solamente reaccionaba, no pensaba”, admitió sobre la situación.

El “Potro” en ese momento lo único que pensaba era que “no se me podía morir en los brazos”. Fue entonces que decidió aplicarle la maniobra de Heimlich, procurando no aplicar demasiada fuerza para no quebrarle una costilla.

“Afortunadamente sale expulsado todo lo que tenía obstruido en las vías respiratorias yyo escucho a la señora que inhala y me volvió el alma al cuerpo, las piernas recién se me desvanecieron y tomé conciencia de lo que estaba pasando”, comentó aliviado.

Y confesó que “se me puso un nudo en la garganta de emocionarme, de pensar quele había salvado la vida a alguien”.

Iván Cabrera terminó contando que cuando llegó la ambulancia, la paramédica responsable terminó felicitándolo. “Si tú no hubieses estado, la abuelita se hubiese muerto”, le comentó.