El Teatro Caupolicán casi se vino abajo con el poderoso ritual de niños salvajes que entregó Gojira la noche de este martes 30 de agosto, para presentar su más reciente y alabado disco Fortitude. Volaron ballenas en un show de Otro Mundo que estremeció de principio a fin la Columna Vertebral de los fanáticos presentes.

A eso de las 19:00 horas se abrieron las puertas para que el público encontrara una posición en el recinto de San Diego y 45 minutos después el escenario recibía a Mawiza, la banda chilena invitada antes conocida como Nunca Seremos Dichosos que fue escogida por los mismísimos visitantes extranjeros, quienes partieron su presentación con un discurso mapudungún.

El contexto actual chileno inevitablemente también se dejó sentir en la velada y, mientras en el Congreso se agarraban a combos, un "apruebo, CTM!" se escuchó desde la platea, frase que fue recibida con aplausos y gritos de apoyo.

40 minutos después de una brutal dosis de metal influenciado por la cultura ancestral, el líder de la banda, Awká, cerraba agradeciendo los aplausos que los halagaron en más de una oportunidad, además de recalcar: "libertad a los presos mapuche".

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Lotus/@el.eme

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Lotus/@el.eme

Aun restaba media hora para presenciar el acto principal. En los pasillos del teatro, los fans más "alucinados" hablaban de cómo habían regado generosamente su espera con unas cuantas cervezas, en una previa que venía desde hace tres horas, y que ya no daban más de la ansiedad ante la llegada de un show completamente agotado. Ellos estarían entre los 5 mil afortunados que lo presenciarían.

En tanto, un grupo de jóvenes alentaba a un amigo que se había tenido que cortar el pelo por razones laborales y lamentaba que no iba a poder cabecear con la parafernalia que corresponde: apenas le quedaba "un moñito". Pero nada de eso importaría cuando los músicos radicados en Nueva York decidieran salir a escena, ya que más de un cuello potenciaría su musculatura al ritmo de una fina selección de 16 canciones... y media... para su repertorio.

En la zona principal del recinto, un clásico del Caupolicán se hacía presente: fanáticos escurrían de la platea a cancha, mientras guardias del lugar intentaban delatarlos con linternas a larga distancia. En tanto, "este es el mejor lugar para ver una banda", era la frase que comentaba otra alma presente a su acompañante, mientras que al mismo tiempo otro hombre con ánimo ganador le prometía a la joven a su lado que la llevaría hacia adelante cuando partiera el show. Nada más lejos de la realidad, prácticamente no se podía avanzar de lo lleno que estaba.

El lienzo con el logo de la banda se instaló como la gran postal inicial del show y a minutos de las 21:00 horas sonaron los primeros acordes de Born for One Thing, mismo tema que abre Fortitude, la placa que los franceses estrenaron en 2021 y que acaparó con sus elogiados temas el setlist de la velada.

Pero antes de examinar las tripas de ese trabajo, la fortaleza de Backbone, de From Mars to Sirius (2005), dio pie para el despliegue visual y lumínico del escenario; mientras que Stranded, de Magma (2016), fue reconocida e inmediatamente aplaudida por los fans.

El momento en que tocaron Flying Whales fue la confirmación definitiva del trance en el que se había sumergido el ambiente. Se entonaron los coreos, mientras que el remate de la canción desató toda su bestialidad, con los músicos corriendo y saltando frenéticamente por todo el escenario, especialmente el guitarrista Christian Andreu y el bajista Jean-Michel Labadie.

El aroma marihuana se expandió en la atmósfera para acompañar un viaje cósmico que ya forjaba su propio curso, encaminándose hacia The Cell.

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Lotus/@el.eme

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Lotus/@el.eme

Entonces, el guitarrista y voz de Gojira, Joe Duplantier, entró en comunión con su público, gracias a una confesión: "Mucha gente nos dijo '¿van a ir a Santiago? Va a ser malditamente loco'. No sé quién lo dijo, pero tenía la maldita razón", puntualizó.

Cayó así el poder de Love, para llevar a la audiencia hasta Terra Incognita (2001), la que llegó pegadita con un extracto de Remembrance, ese tema de The link (2003); para luego hacer Grind, la reflexión sobre la trascendencia humana y la posibilidad de superar los problemas personales que cierra Fortitude.

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Lotus/@el.eme

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Lotus/@el.eme

Pero el espectáculo aún no concluía. Desde su batería, Mario Duplantier se aprestó para ejecutar un solo, pero quería la compañía de los gritos y alientos del público. "Más fuerte por la chucha", rezaba la frase en un cartel con el que el músico protestó. La respuesta fue inmediata y ante la reacción de su contraparte, Mario levantó un segundo cartel: "La raja", decía, para luego lanzarse con Silvera.

Joe Duplantier luego volvió a hablar, para contar que lo que venía era una canción "muy querida para nuestros corazones. Es sobre crear un cohete e irnos al espacio", indicó en referencia a Another World, el tema de Fortitude sobre escapar de una inminente aniquilación humana, la innecesaria masacre de la fauna global, el calentamiento global y, cómo no, de un virus letal. Muy pandémica.

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Lotus/@el.eme

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Lotus/@el.eme

La demostración del poder de la banda volvió a remecer todo el edificio con L'Enfant Sauvage y Toxic Garbage Island. Eso, para luego bajar la intensidad del espectáculo por un momento.

Joe pidió el coreo de una nota en particular... Tras el caos reciente, en cancha, un smartwatch había perdido a su dueño y era empuñado por un extraño… Ante la solemne promesa de cantar "algo diferente" de Duplantier; el reloj encontró a su dueño justo cuando partía The Chant, con una emotiva presentación que concluyó con el coro del público, mientras los instrumentos permanecían en silencio y los músicos admiraban lo que habían provocado.

"Ustedes son fucking perfectos", comentó el vocalista, jugando entre el inglés y el español, para luego despuntar solitariamente en su guitarra esa avalancha que vino después llamada The Gift of the Guilt.

Tras su salida del escenario y una breve pausa, el mismo líder de la banda volvió para comentar que "cuando empezamos estaban bien arriba, pero ahora parecen un poco dormidos", dando paso a una nueva explosión en el Caupolicán.

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Sebastián Medina

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Sebastián Medina

Y como si el entusiasmo no fuera suficiente, Mario Duplantier volvió a la tarima con la camiseta de la Selección Chilena, más específicamente la 22 de Ben Brereton. Los aplausos no paraban. Así mismo consiguió un bandera chilena con el logo de la banda que había flameado desde el principio del espectáculo en las primeras filas. El emblema tan vilipendiado en los últimos días acompañó al músico sobre la batería en los dos temas restantes: New Found y Amazonia, ésta última dedicada a todas las culturas indígenas del mundo.

Hubo un intento por pedir otra canción, que se escuchó fuerte y claro desde la fanaticada. Pero no hubo caso, Joe Duplatier aplacó toda esperanza ante un agradecido apoyo y explicó "eso no va a pasar. Tenemos que ir a dormir y luego volar a la próxima parada". Aún tienen que pasar por Rock in Rio en Brasil y también irán a Colombia.

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Sebastián Medina

¡Así se vivió Gojira en Chile! Foto: Sebastián Medina

Eso no importó. La hora 45 de concierto dejó satisfechos a los asistentes. No hay duda de ello. El show que ofreció Gojira fue al menos para alterar el Top 5 de mejores conciertos de la vida de más de algún fiel seguidor del metal. Y aunque su setlist se ha mantenido rígido durante su actual gira, sin mayores sorpresas; esos detalles son contrarrestados por el hecho de que la construcción del repertorio está diseñada no sólo escucharse, sino que para sentirse como toda una experiencia en vivo. Una que no sólo te estremece el cuerpo, derechamente te vuela la cabeza.