Un hecho traumático ocurrió la mañana del martes 21 de mayo, cuando un avión (vuelo SQ321) que se dirigía desde el Reino Unido a Singapur experimentó un accidente aéreo que dejó un muerto y decenas de heridos.

Debido a turbulencias, el Boeing 777-300ER tuvo que desviarse de su trayectoria y aterrizar de emergencia en Bangkok, Tailandia, con 211 pasajeros y 18 tripulantes a bordo.

Accidente aéreo en un Boeing dejó a un muerto y decenas de heridos

El hospital de Smitivej en Bangkok, reportó 104 personas atendidas y 58 hospitalizadas, de las cuales 20 están en la UCI.

La víctima fatal es un británico llamado Geoff Kitchen. El hombre de 73 años viajaba con su esposa para comenzar sus vacaciones. Todo indica que falleció por un paro cardiaco debido a las turbulencias.

Uno de los pasajeros a bordo, Andrew Davies, dijo a Radio 5 Live de la BBC que el avión “cayó de repente, con muy poco aviso (…) Lo que más recuerdo es ver objetos y cosas volando por el aire”, declaró.

Debido a las fuertes turbulencias, los pasajeros que no llevaban el cinturón de seguridad salieron disparados contra el techo. Esto explica la gran cantidad de heridos.

Mira el siguiente video que evidencia las secuelas del incidente:

Singapore Airlines pide disculpas

El director de Singapore Airlines, Goh Choon Phong, pidió disculpas y lamentó “la traumática experiencia”. Asimismo, aseguró que la aerolínea está “cooperando plenamente con las autoridades competentes en las investigaciones”.

Cabe destacar que los accidentes en Singapore Airlines son muy poco comunes y la aerolínea figura como una de las más seguras en toda la industria. Si bien todavía se debe esperar a las investigaciones, todo indica que el accidente ocurrió por turbulencias extremas, llamadas turbulencias de aire claro.

¿Qué son las turbulencias de aire claro?

Las turbulencias de aire claro, también conocidas como CAT (por sus siglas en inglés, Clear Air Turbulence), son perturbaciones del flujo de aire en la atmósfera que ocurren en ausencia de formaciones nubosas visibles, como tormentas o cumulonimbos.

Estas turbulencias son especialmente peligrosas para la aviación debido a su carácter inesperado y a la dificultad de detectarlas a tiempo con los sistemas de radar convencionales, que suelen basarse en la detección de partículas de agua.

En el caso de este accidente, el avión sufrió de estas turbulencias extremas repentinas sobre la cuenca del Irrawaddy, en Myanmar, a 37.000 pies de altura.