Una de las características de la última convocatoria hecha por Reinaldo Rueda para la selección chilena,que se enfrentará en septiembre a Argentina y Honduras, la marca el origen de los nominados.
Y es que el 58 por ciento de los jugadores se formaron en uno de los llamados “equipos chicos” del fútbol chileno, es decir, la enorme geografía más allá de Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica.
Son 16 contra 24, una tendencia que revierte lo de las dos Copas América ganadas (2015 y 2016), cuando hubo apenas siete y ocho jugadores formados en clubes de menor convocatoria, entre ellos Alexis Sánchez, Charles Aránguiz y Eduardo Vargas de Cobreloa.
La proporción ha cambiado y si bien albos y cruzados se mantienen como los equipos con más nominaciones, con cuatro citados cada uno (la U se queda atrás con dos convocatorias),el resto representa a diez equipos llamados “chicos” del fútbol chileno y uno formado en el extranjero, Gabriel Arias, de origen argentino.
Otra curiosidad es que seis jugadores provienen de equipos que están actualmete en Primera B, nombres tan relevantes como Cobreloa (Charles Aránguiz y Eduardo Vargas) y Santiago Wanderers (Óscar Opazo).
La distribución también le da prioridad a jugadores provenientes del exterior: 17 de los 24 convocados se sumarán desde el extranjero a la convocatoria que se presentará en Los Angeles y luego en San Pedro Sula.
NÓMINA DE LA ROJA