El tiempo corre contra Francis Cagigao. El primer director deportivo nacional de la Federación de Fútbol de Chile, como pomposamente fue presentado a fines de 2020, ha perdido prácticamente todo el respaldo de quienes respaldaron su llegada para encabezar un proyecto macro en las selecciones chilenas de fútbol.

El hispano-inglés, hoy de vacaciones en Europa, si bien ha podido avanzar en un proyecto inédito para la Roja, no ha terminado de encajar en la orgánica de las cúpulas del fútbol chileno. La dirigencia le cuestiona prácticamente todo, desde su alto sueldo (27 millones de pesos al mes) hasta el hecho de que hable mucho de su experiencia en el fútbol.

La llegada de Eduardo Berizzo a la banca de la selección adulta tampoco ayuda en demasía al ex veedor del Arsenal. A diferencia de Martín Lasarte, el nuevo técnico de la Roja es completamente autónomo en la mecánica interna, por lo que ya no se consulta cada determinación con Cagigao, como en el ciclo pasado.

Incluso en materia audiovisual, Berizzo es independiente. Todos los miembros de su equipo trabajan con el material de videos y se encargan de la edición y preparación de los informes, función que Lasarte derivaba. Por eso, el papel de Cagigao hoy se circunscribe a una asesoría verbal y un almuerzo con el cuerpo técnico cada dos semanas.

Incluso hubo un desencuentro. Berizzo llegó a Chile con su propio preparador de porteros, Roberto Bonano, con experiencia en River Plate y Barcelona; mientras que Cagigao había incorporado a Roberto Navajas para trabajar con Lasarte. Hoy, el ex preparador de Claudio Bravo colabora con los arqueros de las selecciones menores, mientras expira su contrato.

La otra polémica está en la primera gira de la Roja del Toro, a Corea del Sur y Japón. El director deportivo nacional confeccionó la nómina porque Berizzo no había cerrado su llegada a la Roja, y en el Lejano Oriente, el cordobés expresó su desacuerdo con el contingente que se había elegido. Unos dicen que sacaron chispas; otros, que se respetaron en el disenso.

El problema es que las fechas apremian. Cagigao regresará la próxima semana al país para hacer una breve exposición en el Congreso Desarrollo Integral del Fútbol en el hotel Mandarín Oriental, ex Hyatt, y posteriormente se pondrá manos a la obra en los detalles para la gira internacional de la Roja en septiembre.

El equipo nacional llevará un plantel Sub 21 a competir en la Pinatar Cup en Murcia (España), contra Argentina, Inglaterra y Marruecos; mientras de manera paralela la selección adulta enfrentará dos amistosos, con Marruecos en Barcelona y Qatar en Viena. Esta puede ser la última actividad oficial de Cagigao.

Es que a su regreso vendrán las definiciones. El contrato del director deportivo nacional vence a fines de diciembre, pero el plazo para renovar expira en noviembre, justo cuando se produzcan las elecciones de la ANFP. El tema es que ni el actual presidente, Pablo Milad, ni las cabezas de los clubes están convencidos de extender el vínculo.

De esta manera, el tiempo comienza a acortársele a Cagigao, quien si se ratifica su partida, no se irá con un buen balance. Chile no llegó al Mundial de Qatar 2022, el plan que ideó no se materializará y lo más relevante parecería ser la pelea que terminó con la salida de dos comentaristas de una radio. Poco para tanto show.