Stephen Curry no podía ser menos ante Jayson Tatum. Golden State Warriors llegó al TD Garden con ganas de mantener la supremacía sobre Boston Celtics y el base de 34 años dejaría su sello individual con una masterclass: quirúrgico robo del balón a Tatum y canasta desde campo propio, con sólo dos segundos en el reloj.

La reedición de las Finales de la temporada pasada era el mejor escenario para que Curry timbrara un récord histórico. Desde 1996, cuando existe la estadística jugada por jugada en la NBA, sólo Zach Randolph y Jamal Crawford -ambos retirados- registraron cinco anotaciones desde mediacancha, la marca que igualó El Asesino con Cara de Niño.

Sin embargo, tanta maravilla no tuvo recompensa al final. Al Horford fue determinante al cierre del tiempo regular, invalidó a Steph y le devolvió la vida a Tatum para poner al local en carrera y estirar la definición a una prórroga que dejó la victoria en casa por 121-118 y confirma a Celtics a la cabeza de la Conferencia Este.

Los Celtics le cambian el guión a los Warriors
 

La dolorosa derrota en las Finales de la temporada pasada pasó cuenta para los Boston Celtics. Pero Jayson Tatum no estaba para dinastías y cuando pudo afinar la mira, se convirtió en la pesadilla de Golden State Warriors, para cerrar con un brillante registro de 34 puntos, 19 rebotes y seis asistencias.

"Tenemos otra mentalidad. No hay nada que hacer respecto a que nos ganaran la final. Es posible que estuviéramos demasiado nerviosos en el primer partido (de la presente temporada) intentando vengarlo. Pero se acabó, perdimos. Este es un partido de temporada regular contra un gran equipo muy bien entrenado", simplificó el alero.

Con la victoria, los Celtics se afianzaron en la primera posición del Este con su octavo triunfo consecutivo, mientras los Warriors agudizaron sus complicaciones en una campaña irregular que los tiene novenos en el Oeste, y con mucho que sudar antes de ganar un lugar en los Playoffs. A ver si los acompaña la magia de Curry.