Juan Cristóbal Guarello se lanzó en picada contra Gianni Infantino, la FIFA y la designación de Arabia Saudita como la sede de la Copa del Mundo 2034. King Kong, y gran parte del fútbol planetario, no puede entender cómo es tan evidente que el bien del balompié se guarda debajo de la alfombra por razones políticas-económicas groseras.

“Estaba listo y cocinado. Infantino estaba muy complicado con unos temas que está armando, por ejemplo los derechos del mundial de clubes, dicen que los sauditas los estaban comprando por debajo de la mesa a través de esta empresa gringa”, dijo Guarello en Deportes en Agricultura.

Agrega que “él tenía un compromiso con los sauditas por el Mundial. En toda la política interna de la FIFA, Arabia Saudita fue el único país que postuló para ser sede. Es tan vivo Infantino que hizo lo siguiente: no pueden ir dos veces seguidas las confederaciones como candidatos, entonces el Mundial 2030 va Sudamérica con los tres partidos inaugurales, Marruecos por África y Europa con Portugal y España”.

“Es decir, Infantino anuló tres confederaciones al tiro, ya había organizado ganado la organización la Concacaf para el 2026, y quedaba sólo Asia y Oceanía. A los australianos les dijo ya les va a tocar a ustedes y corre sólo Arabia Saudita”, complementó.

Hipocresía: Arabia no canta “porom pom pom” como Chile…

Asimismo, Guarello hace un paralelo entre la hipocresía de la FIFA para castigar el racismo o la homofobia por actitudes de los hinchas, como lo ha sufrido la selección chilena por el “porom pom pom”, pero se abraza con un país de leyes retrógradas y discriminatorias, homofóbicas machistas y antidemocráticas.

Infantino y sus amigos árabes: Guarello furioso por la hipocresía con Chile como ejemplo. (Foto: Imago)

Infantino y sus amigos árabes: Guarello furioso por la hipocresía con Chile como ejemplo. (Foto: Imago)

“La hipocresía de la FIFA, que a Chile lo castiga por el ´porom pom pom’, pero en Arabia Saudita la homosexualidad está penada como delito, las mujeres no tienen derechos, no pueden manejar, por ejemplo; es una monarquía absoluta. No se elige ni la junta de vecinos. Al final, para la FIFA que los hinchas canten porom pom pom es grave, pero no estas cosas de Arabia Saudita. Hacen un Mundial en un país donde nadie quiere que lo hagan”, expone.

Añade: “¿hay mucha plata acá? Uno dice, el nivel de lobby político y económico que había en la época de Havelange y Blatter era gigantesco, pero lo de ahora es grosero. Es mucho”.

Guarello sostiene “otro detalle: la calificación de Arabia Saudita como sede, obtuvo 4,2 puntos; Estados Unidos obtuvo menos puntaje, siendo que Estados Unidos tiene que construir aún ocho estadios. Estados Unidos, con los estadios ya construidos, con mejor infraestructura en comunicaciones… Más arreglado no puede estar”.

“Arabia Saudita tiene festividad religiosa, y se reservan ellos el derecho de elegir el calendario (para jugar el Mundial en la fecha que ellos quieran). Y siguen faltan ocho estadios que todavía no están ni diseñados”, concluyó Guarello.

Por su parte, Francisco Sagredo ironizó que Arabia es “un país futbolizado, de fácil acceso para que lleguen los hinchas, democrático… un país de bajo costo, tolerante…”.