Gabriel Jesús era la estrella de Brasil en la final de la Copa América. El ariete aportó con una habilitación y un tanto para el triunfo transitorio de los locales, pero a los 70 minutos vio la expulsión por una doble amarilla injusta.

El jugador del Manchester City se retiró de la cancha haciendo un gesto de robo y luego se desplomó en el túnel rumbo a camarines. El delantero no soportó perderse los últimos momentos de la final y se puso a llorar con todo.