Tiempos modernos. Cada vez se hace más frecuente que menores de edad caigan en la tentación y ocupen las tarjetas de crédito de sus padres, especialmente para adquirir productos virtuales y expansiones relacionadas con los videojuegos.

Es precisamente lo que le sucedió en la localidad de Hampshire a Thomas Carter, quien descubrió que sus cuatro hijos se gastaron cerca de 550 libras, más de 600 dólares, en su afán de fichar a Lionel Messi en el FIFA 19.

Según relató el padre de los niños, compró sólo 8 libras en paquetes de jugadores para sus hijos, pero Messi no apareció dentro de los jugadores y los menores quedaron disconformes. Así las cosas, tomaron los datos bancarios sin consentimiento y volvieron a comprar. Como si fuera peor, tampoco les salió Messi.

Los niños fueron castigados y el padre habló con la BBC muy molesto, criticando la política de negocios de las empresas del rubro: “pagas 40 libras por el juego, que ya es mucho dinero en sí mismo, pero la única forma de conseguir un gran equipo es esencialmente apostando”.

La familia reclamó a Nintendo por la compra realizada desde una Nintendo Switch y la compañía EA Sports aceptó devolver el dinero a cambio de los jugadores obtenidos en la compra.

“Las microtransacciones y cajas de botín están creando controversia a raíz del proyecto de ley propuesto por el senador estadounidense Josh Hawley, el cual invita a prohibir este tipo de pagos en los videojuegos”, publicó a propósito Marca en España.

Cabe consignar que este tipo de modalidad de compra en los videojuegos ha ganado fuerza. Por ejemplo con las FIFACoin en el simulador de fútbol de EA Sports; y los GPs y monedas Myclub del PES. Ambos se consiguen jugando, pero objetivos importantes se consiguen sólo comprando monedas virtuales con dinero real, a menos que tengan mucha suerte.