María José Rojas es una de las jugadoras históricas de la Selección Femenina. Tal como otras de sus compañeras lo han expuesto, la meta de las dirigidas por José Letelier es repetir la clasificación a la Copa del Mundo 2023, y la opción de disputar el repechaje en febrero es la única puerta que queda abierta.

La jugadora oriunda de Santiago conversó con Redgol Fem y se refirió a las selecciones que enfrentaron en el Grupo A de la Copa América: "La verdad es que todas las rivales nos complicaron. Nunca ha sido fácil enfrentarse a selecciones a un nivel sudamericano. Están todas nivelándose, muchas de las jugadoras están fuera de Sudámerica en diferentes países por lo que el nivel ha mejorado mucho".

Esta noche, a partir de las 20:00 horas, deberán medirse ante Venezuela, con el objetivo de lograr el cupo al repechaje de febrero. En esta instancia se inscribirán diez selecciones de todo el mundo, las que serán divididas en tres grupos, con cuatro cabezas de serie, las que serán determinadas por el ranking FIFA. El grupo uno tendrá a la mejor rankeada más dos selecciones; el grupo dos recibirá a la segunda mejor rankeada y dos selecciones; y en el grupo tres estarán las rankeadas tres y cuatro más otras dos selecciones. Cada grupo entregará un ticket al Mundial.
Pese a terminar terceras en el grupo, Cote Rojas cree que la preparación fue "muy buena e intensa. Muchas compañeras llegaron un poco antes por el término de temporada en Europa y le sacamos mucho provecho".

 

Un detalle importante a la hora de enfrentar los partidos para las jugadoras, son los zapatos que usan en el campo de juego. María José Rojas es una de las atletas Nike y pudo estrenar sus nuevos zapatos  Air Zoom Mercurial: "Personalmente me encantan, porque como tengo el pie más delgado, con esta nueva tecnología siento más la pelota al correr con ella. Por eso los uso, porque son livianos y muy fácil de adaptarse cuando te los pones nuevos". 

 

Al hablar de estos nuevos zapatos, Cote Rojas recordó la historia de su primer par para jugar fútbol: "Mi mamá no quería que jugara y convencí a mi papá para poder ir a probarme a un equipo. Él me regaló mis primeros zapatos con harto esfuerzo. Es una historia muy linda porque los ocupé tanto, que después se les salían unos clavitos que tenían abajo", confesó.