Los incidentes que se produjeron al término del clásico que le ganó Universidad Católica a Universidad de Chile (3-0) en el Estadio Nacional dejaron en el peor pie a los dirigentes de Azul Azul. La agresión sufrida por Luciano Aued por parte de un inadaptado corona una jornada tristísima para el Romántico Viajero.

Y las consecuencias serán gravísimas. En el CDA asumen que el Tribunal de Disciplina de la ANFP dictará una sanción durísima contra los azules: nada menos que la disputa de los últimos partidos del Campeonato Nacional en calidad de locatario a puertas cerradas, un ingrediente que agrava la dura lucha por evitar el descenso.

Pese a que el informe arbitral no es concluyente respecto de la gravedad de los desmanes de barra al ingresar a la cancha, este mediodía hubo reunión entre las autoridades de Gobierno, las policías, Estadio Seguro y la dirigencia universitaria. ¿La resolución? Se presentarán las denuncias y se buscará por cielo, mar y tierra a los responsables.

Pero volvamos al castigo deportivo. En Azul Azul creen que el último partido con público será el del próximo 7 de septiembre ante Coquimbo Unido en el estadio Bicentenario Elías Figueroa Brander de Valparaíso, ya que la denuncia se realizará recién este martes y se espera que, con las apelaciones, se dicte fallo después de la fecha 24.

Por esta razón, en la concesionaria asumen que el castigo definitivo dejará los últimos tres partidos a puertas cerradas: el 1 y 22 de octubre ante Audax Italiano y Everton; y el 5 de noviembre contra Cobresal; en la última fecha del Campeonato Nacional en que la U está hoy sólo un punto por encima de la zona de descenso directo.

La invasión a la cancha después del partido se produjo en medio de graves protestas contra la dirigencia de Azul Azul, que hasta el momento no se manifiesta más allá de un seco comunicado de prensa. 

 

 

 

 

"Nada justifica estos actos vandálicos, bajo ningún contexto. Los condenamos profundamente, porque dañan el trabajo de cientos de personas que se esforzaron por entregar a nuestros fanáticos la mejor organización", asegura el escrito.

"No podemos quedar impávidos frente a los incidentes que se produjeron una vez terminado el partido en el Estadio Nacional, que incluyó una lamentable invasión de un grupo de individuos a la cancha, lo que implicó una amenaza para nuestros jugadores y también para los rivales. Al mismo tiempo, repudiamos los ataques que recibieron los guardias privados", puntualiza Azul Azul.