La Universidad Católica tiene razones de sobra para festejar el triunfo de hace instantes contra Gremio de Porto Alegre en San Carlos de Apoquindo. No solo por la envergadura del rival, histórico de la Copa Libertadores, si no por la proyección a futuro.
La UC tendrá su último partido en casa el miércoles 10 de abril contra Libertad, elenco que lo derrotó en Asunción. Si los cruzados se toman revancha llegarán a nueve unidades, nada que los asegure en los octavos matemáticamente, pero sí con un pie en los octavos. Un punto más, en casa de Rosario Central o Gremio, los clasifica automáticamente a la segunda ronda.
Recordemos que la UC clasificará a octavos de final siempre que termine en los primeros dos lugares. Esa clasificación no se da desde el 2011, cuando alcanzaron los cuartos de final y fueron eliminados por Peñarol.
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