Una de las precuelas más esperadas era A Quiet Place: Day One; historia que se centra en los eventos anteriores de A Quiet Place; la película que sorprendió al mundo con la dirección del actor y director John Krasinski (The Office).
Pero esta precuela, más allá de mostrar en tiempo real cómo fue la invasión alienígena; tiene todo un trasfondo que va más allá; recordando la primera película pero dándole un giro a las películas de supervivencia.
Así es Un Lugar en Silencio, Día Uno:
Seguimos la historia de Sam (Lupita Nyong’o); una mujer que vive en un centro médico a las afueras de Nueva York mientras vive una compleja enfermedad terminal.
Un día va a la ciudad acompañando a otros ancianos a una salida extraprogramática, con el objetivo de pasar a comprar una pizza. Claro que no todo saldrá bien.
Ahí es cuando toda la invasión comienza y vemos cómo Sam debe sobrevivir junto con otros personajes, pero el vuelco de tuerca va en que su deseo en sí no es ese, sino uno mucho más profundo y que tiene que ver con su pasado y a la vez por el estado de salud que enfrenta.
A ella se suma Eric (Joseph Quinn), quien será un aliado en esta supervivencia con un objetivo en común; que va mucho más allá de escapar de Nueva York.
Algo más que sobrevivir al fin del mundo
La temática de Un lugar en silencio: Día uno es toda una sorpresa para quienes vieron solo los tráilers. Y es que no se queda solo con el hecho de sobrevivir y el origen de la llegada de estos aliens que atacan gracias al oído, sino que vemos cómo alguien que tiene una vida en desgracia, enfrenta esta situación.
Siempre hemos visto cómo los protagonistas enfrentan los apocalipsis por su deseo de sobrevivir. Pero Sam no, ella tiene otro objetivo y es sobrevivir por algo en particular, un deseo antes de que la enfermedad termine con su vida.
Y a esto se suma Eric, que ignorando el contexto en sí de aliens atacando lo que se encuentren, se une a esta cruzada de la protagonista.
Una película mucho más dramática y sentimental de lo que promete; pero que no es nuevo en la saga de A Quiet Place.
Ya en la primera película tuvimos todo el aprendizaje de una niña sordomuda en un contexto del fin del mundo. Lo que ha explorado Krasinski en estas películas va más allá de un buen villano y explosiones; es el sentido de la supervivencia y por qué lo tenemos.
La familia fue un concepto potente en las primeras películas; mientras que ahora se repite también esta idea en otro concepto y en alguien que en sí, no quiere o puede sobrevivir.
¿Qué harías con tus últimos días de vida, de una vida que ya no te motiva, si pudieras elegir? Esta trata tan potente desde lo sentimental, llevarla a un contexto del fin del mundo, es todo un acierto en la cinta.
Eso sumado a aspectos técnicos que rozan la perfección en una Nueva York una vez más destruida, y todos los efectos técnicos y de sonido con estos aliens que visualmente ofrecen muchísimo.
Y por último, es imposible no alabar la calidad actoral tanto de Lupita como de Joseph. La primera, ganadora de un Oscar, se echa a los hombros la película con un sentido del drama notable.
No por nada ya se había vuelto experta en cintas de terror como Us; y aquí entrega otra dosis de drama que recuerdan lo poco reconocida que es la actriz en Hollywood pese a su tremendo talento.
Y ya para la guinda de la torta, Joseph Quinn eleva aún más su popularidad tras su papel de Eddie en Stanger Things; y vuelve a robarse los corazones del público con una intensa actuación.
Quinn no es solo Stranger Things, es mucho más y por algo fue elegido tanto para este rol; como próximamente en Gladiador 2 y Fantastic 4. Y se vuelven una dupla muy dinámica.
No queremos dar más spoilers, pero hay una mención especial para el mejor personaje de la película: un gatito. Muchas veces en estas películas no se sabe qué hacer con las mascotas en un ambiente donde uno se imagina lo difícil de que puedan sobrevivir. Bueno, después del gatito de Un lugar en silencio; ya sabemos lo increíble que puede ser tenerlo en una historia así.
Un lugar en silencio: Día uno es una película que sorprende por su drama, por los sustos que trae, pero mucho más por la profundidad de sus personajes.
Quizás muchos esperaban solo destrozos y gritos; pero el hecho de que la película dirigida por Michael Sarnoski y con John Krasinski en la producción y creación de la historia tenga una propuesta aún más profunda, la hace única en el género y un buen momento para emocionarse.