Jack Draper llegaba a Roland Garros como la gran carta británica y con la ilusión de medirse frente a los mejores del circuito. Su lugar en el ranking ATP, que lo tiene como número 5 del mundo, y su camino proyectado hasta cuartos de final lo hacían soñar con un duelo ante Jannik Sinner o Carlos Alcaraz. Pero la historia fue otra.
El kazajo Aleksandr Bublik, actual 62° del mundo, le cerró la puerta en cuarta ronda con un 5-7, 6-3, 6-2 y 6-4 que desinfló la esperanza de Draper en París. El mismo jugador que venía de llegar a la final en Madrid y de lograr sus primeros triunfos en la arcilla parisina, terminó reconociendo que aún le queda mucho por recorrer.
La amarga reflexión de Jack Draper
Lejos de las excusas, el británico fue claro y directo tras su derrota. Reconoció que todavía está lejos del nivel de los gigantes del circuito, como Sinner y Alcaraz.
“Sigo estando bastante lejos de esos chicos. Todavía tengo mucho que aprender”, reconoció con honestidad.
El británico dijo que todavía necesita sumar partidos, experiencia y, sobre todo, consistencia. Porque no se trata solo de jugar bien, sino de hacerlo cuando realmente importa.
Una autocrítica sin filtros
Lejos de escudarse en excusas, Draper fue claro. “Si miras los partidos ATP, probablemente ellos hayan jugado el doble de los que yo he jugado. Están uno o dos años por delante de mí y han logrado mucho más”, comentó.
Pero, más allá de la derrota, valoró su progreso en tierra batida. “Estoy realmente orgulloso de mi capacidad para adaptarme. Venía pensando que esta gira podía ser un desastre, pero fui mejorando semana a semana”.
Con la temporada de césped a la vuelta de la esquina, Draper se muestra optimista. “Estoy feliz de dejar la arcilla atrás. Me emociona volver a casa, jugar en el césped y tener al público conmigo. Siento que sigo jugando un tenis increíble. Vamos a ver qué pasa”, cerró.