Fernando González es uno de los deportistas más importantes en la historia de Chile. Es el único en tener tres medallas en Juegos Olímpicos (oro y bronce en Atenas; plata en Beijing), lo que de inmediato lo sitúa en un súper top.
En charla con Marcelo Ramírez en El Legado, contó sus dos derrotas más duras en su carrera. “Las semifinales de Atenas y las semis de Roland Garros (2009)”, manifestó.
Sobre lo que pasó en Grecia ante Mardy Fish dice que “fue una enseñanza de vida”. Y detalla que “Atenas fueron mis primeros JJ.OO. y mi expectativa era tener una medalla, de lo que sea“.
Luego dice que en el certamen “empezamos a ganar singles y dobles, teníamos asegurada medalla (en dobles). Luego a Fish le iba ganando, me doblo el tobillo y pierdo el partido. No quiero echarle la culpa al tobillo, aunque sí me afectó, pero no perdí por el tobillo”.
“Sentía dolor físico y emocional. Era el día más triste de mi vida, una decepción gigante. Fue doloroso y tenía que volver a jugar al otro día. Me querían levantar y uno, picado, como que no quiere”, agrega.
Eso hasta que un hecho lo marcó. “Cinco minutos antes de jugar por la medalla de bronce veo en el camarín una premiación, donde una mujer llora por tener bronce, creo que en equitación. Ahí se me vino todo lo que dije antes, una cuestión rara, y dije no puedo ser tan malagradecido. Me sirvió para enfocarme”.
La dura derrota en Roland Garros
Luego González habló de la derrota en cinco sets en semis de Roland Garros 2009 ante Robin Soderling. “Me pasó que busqué mi opción, iba 4-1 en el último set, sacaba él y yo iba 15-30. Me queda un revés y en vez de pegarle, le jugué slice, que el compadre se la sacó”, detalló.
“Yo estaba súper nervioso, después saqué 4-2 y dije voy a tomar mi opción, de jugar con la derecha, mi mejor tiro. Entonces en vez de sacar al 100 sacaré al 75-80, que nervioso debe haber sido a 60“, comentó.
El problema fue que “me clavó dos o tres tiros que me paralizaron entero, son los nervios. Pero me quedé tranquilo porque tomé mi decisión, hay momentos en que deben tomarse decisiones”.
También recordó que una pelota que era punto para él y se lo dieron a Soderling, lo borró con el trasero. “Cuando borré la marca yo tenía razón, pero no me enorgullece porque es una de las canchas con más historias del tenis”, dice ahora.