Si bien a principios de agosto Jorge Acuña fue desvinculado como entrenador de Unión San Felipe, el ex jugador de la Universidad Católica y la selección chilena no ha bajado los brazos, tanto así que ya se imagina con el buzo de la Roja.
Fue en el podcast “Después del retiro”, que conduce el periodista Rodrigo Mujica, que el Kike Acuña abrió su corazón y sus sueños para soltar la idea que tiene en mente para su carrera como entrenador de aquí a 10 años.
“Siendo entrenador de la Roja. Me puse 10 años para dirigir la selección. Esa es mi meta. Aparte, ojo, porque Juvenal Olmos en el año 99 dirigió su primer año como técnico y salimos campeones. El 2001 llega a católica y al otro año sale campeón. Por eso el 2003 llega a la selección chilena. No es tan descabellado pensar de aquí a 10 años, pero hay que trabajar. Estoy rodeado de gente capaz e inteligente y estamos completamente seguro de que seremos campeones, nos irá bien y nos haremos un nombre como técnico, que es lo que quiero”, comentó Acuña.
En el espacio también contó cómo ha sido su relación con los jugadores, ahora desde la vereda del entrenador, destacando que les hace saber como fue su vida en el fútbol para que no cometan errores en sus carreras.
“Jugué 21 años, hice cosas buenas y malas también. Es fundamental la cercanía con el jugador. El ser cercano, saber cómo estás, qué desayunaste, cómo está la familia, saber si tienes problemas. A medidas que vas conociendo a tus jugadores te vas a dar cuenta cuando viene un jugador bien o viene mal. El manejo de camarín es fundamental, que el jugador sienta que somos uno, no que esta el cuerpo técnico a un lado y jugadores al otro. Mientras más familia podamos ser, serán muchas más las probabilidades que te vaya bien que mal”, destacó.
“En San Felipe conté mi historia a los jugadores. Lo que me había sucedido para que aprendieran de mis errores. Si tu técnico te está contando lo que le sucedió, creo que eso me hace más grande aún como persona de lo que soy, más que jugarme en contra. Muchos creen que es así, que me juega en contra, pero es una ventaja muy grande que tengo. Dependiendo de cómo se lo pueda decir a los jugadores, si los recepcionan de buena forma”, argumentó Acuña.
En ese sentido, el Kike no se queda en el pasado y asegura que quiere ayudar a los jugadores que vienen empezando. “Soy un convencido de que uno no tiene que cambiar la esencia. Siempre he sido y le puse el pecho a las balas cuando me equivoqué, por eso hablo con franqueza. Si me tengo que emocionar, me emociono. Si me tengo que reír, me río. Mientras más natural el jugador lo va entender de buena forma. Es una historia linda, de estar en la cima a estar en el suelo y luego volver a partir. No cualquiera lo hace. Yo lo hice y eso me hace grande”, cerró.