A todos nos ha pasado alguna vez lo de Alex Goode. Uno de los mejores rugbistas de Europa vivió el sábado una jornada inolvidable cuando, al frente de los Saracens londinenses, terminó siendo clave en la Champions que los suyos le ganaron al Leinster de Dublín.

Goode, de 31 años, fue destacado como el mejor de la final y el mejor jugador de Europa. Como tal, también fue premiado.

Y ahi partió su festejo, ese que ahora lo tiene siendo noticia en todo el mundo. Pasó los festejos sin ducharse y siempre con sus trofeos a cuestas y con una cerveza en la mano.

Así la siguió hasta el domingo, cuando con el resto del equipo viajó de Newcastle, sede del partido, a Londres, donde seguirían los festejos por el tercer título europeo alcanzado por Goode, quien a diferencia de sus compañeros, seguía festejando con el mismo uniforme y no paraba de tener un trago en la mano.

Hubo fiesta privada para los jugadores y Goode asistió de la misma manera y con el mismo uniforme. Acto seguido, el jugador la siguió en varios pubs londinenses y aterrizó en su hogar, aparentemente, en horas de la madrugada del lunes al martes. Y siempre en con la misma pinta y sin parar de tomar.

Finalmente ayer, después de la madre de todos los carretes, Goode posteó una imagen en la que se ve el uniforme en el suelo y dice “cambio y fuera”. Al fin y al cabo, el mejor rugbista de Europa hizo méritos suficientes para festejar de esta manera.