Con solo 13 años, Florencia Saguas hizo realidad un sueño que la acompañaba desde pequeña: ser campeona mundial. Pero lo que consiguió superó todas sus expectativas. Tras su participación en el Campeonato Mundial USKA 2025, realizado en Phoenix, Arizona, la alumna del Colegio Mayor de Tobalaba volvió a Chile con cinco títulos en el bolsillo, posicionándose como una de las figuras emergentes más destacadas del kung fu a nivel internacional.
En el certamen realizado en julio, Florencia brilló en múltiples categorías, alzándose con el primer lugar en combate ippon damas, combate infantiles, formas por equipo y formas mano libre. Su actuación le valió, además, el trofeo Grand Champion en esta última modalidad. Como si fuera poco, sumó dos segundos lugares —en defensa personal y formas con armas por equipo— y un cuarto puesto en formas con armas individuales, cerrando así una participación memorable.
“El campeonato mundial fue muy emocionante y entretenido. La verdad, no me esperaba tantos primeros lugares, pero el trabajo duro rindió sus frutos y pude cosechar lo que entrené”, cuenta Florencia, quien preparó su participación en la escuela Wai Kung Pa’i.
La historia de Florencia
Para llegar al Mundial, Florencia entrenó intensamente durante un año, y en los meses previos intensificó aún más su preparación: tres jornadas semanales de hasta cinco horas diarias, acompañada por un psicólogo deportivo y una nutricionista. Todo esto mientras continuaba con su rutina escolar en el Colegio Mayor de Tobalaba, institución que —según destacan sus padres— le brindó respaldo emocional y formativo durante todo el proceso. “El colegio ha sido muy comprensivo y la ha apoyado mucho, no solo en lo académico, sino también celebrando cada uno de sus logros”, precisa su madre, María José Arias.
El vínculo de Florencia con las artes marciales viene de cerca. Su padre, Alex Saguas, practica kung fu desde los 12 años y fue su primera gran influencia. “Desde pequeña estuvo inmersa en este mundo, aunque retomó con más fuerza a los 11 años”, relata él. Verla cumplir su sueño fue profundamente emotivo para la familia. “Detrás de este éxito hay mucho esfuerzo de su parte, pero también un acompañamiento constante. Estar ahí, esperarla en cada entrenamiento, animarla cuando no todo salía bien… verla triunfar fue reconfortante”, resume su madre, María José Arias.
En casa, Florencia es descrita como una niña tranquila, algo introvertida, amante de los animales —tiene seis perros— y muy disciplinada. “Le gusta pasar tiempo en familia, es autoexigente y tiene un gran sentido del compromiso”, comentan sus padres. Además, integra la sub-14 de voleibol del colegio, por lo que realiza actividad física durante toda la semana.
La experiencia del Mundial fue también una vivencia colectiva. “Había 13 competidores chilenos, cada uno con sus propias metas, y ver cómo se apoyaban entre todos fue maravilloso”, relatan sus padres. Florencia, por su parte, asegura que sus compañeros de equipo la inspiraban día a día. “Eso me hizo sentir más contenida. Las metas se vuelven compartidas y los triunfos se celebran como si fueran de todos”, dice la campeona.
Hoy, con cinco títulos mundiales en su historial, Florencia ya piensa en lo que viene. “Quiero seguir entrenando y prepararme para nuevos desafíos. Me gustaría mucho volver al mundial el próximo año para revalidar mis títulos”, afirma, con la misma convicción que la llevó a lo más alto de su disciplina.