Papelucho fue el apodo que recibió Mauricio Donoso, un talentoso enganche que empezó su carrera profesional a mediados de la década de los 90. Pero ofreció lo mejor de su repertorio entre el 2000 y el 2012, cuando le puso punto final a su trayectoria. Evidentemente fue por el parecido físico con aquel personaje de la escritora Marcela Paz que fomentó la lectura en tantos niños.
Hoy en día, Donoso se dedica a la logística deportiva. Tiene una empresa con la que también realiza producción de eventos. “Todos los equipos que vienen al norte, Conmebol en Santiago. Eventos de charlas, coaching y todo eso en mineras. Siempre hay cosas que hacer. Siempre metido en el fútbol, pero tras bambalinas”, le contó a RedGol en una entrevista que le concedió a Paulo Flores.
¿Quién te puso Papelucho?
Parece que fue Claudio Palma el que me puso, la verdad que no me acuerdo. Ahora dan todos los partidos, en esos tiempos televisaban uno o dos no más. Antes estaba el Chico Álvarez, siempre nos juntamos con Marcelo y discutimos eso. Yo soy el 1, dice él. Y yo le digo ‘jugaste hasta Viña no más, no jugaste más allá. No te agrandís tampoco (sic)’. Jajajajá, nos reímos. Somos amigos.
¿Aprovechaste tus lucas?
Pude haber sido más inteligente. Uno ahora que está grande, cuando nosotros jugábamos piensa que siempre habrá un buen pasar. Y no es así, se nos acaba rápido la carrera. Pude haber sido más inteligente. Hacer menos cosas de las que hice. Pero estoy bien y mis hijos también, finalmente ellos son lo más importante para mí. Mi vida. Tienen 20 (Fernanda) y 24 (Diego) años, pero siempre serán los nuestros. Sigo laburando para ellos, cuando jugaba compré cosas para ellos que gracias a dios lo hice porque pueden estar tranquilos toda la vida. No tengo para regalar, tengo que seguir laburando.
¿Cómo ha sido la vida post retiro?
Se nos acaba la bolita de cristal cuando acaba el fútbol. Se echa de menos, principalmente. Estar ahí, ganar bien y esas cosas. Llevo como 12 años retirado, pero siempre inmerso en el fútbol. Tuve la suerte de tener a mis hijos tranquilos y yo también estar tranquilo en la vida. No me sobra, pero no me falta. Vivo tranquilo, no tengo ningún inconveniente.
Mauricio Papelucho Donoso desempolva sus mejores recuerdos
Mauricio Papelucho Donoso dejó una estela imborrable en Cobreloa, pero también lo hizo en el fútbol de Ecuador. De hecho, se nacionalizó y fue bicampeón en ese país, al que por cierto le agarró mucho cariño. Un amor indestructible que perdura hasta hoy.
¿Cuáles fueron tus mejores momentos en el fútbol?
En Deportivo Quito y Cobreloa. Siempre. En el Quito fuimos campeones cuando llegué, me tocó hacer un gran torneo. Y no era campeón hace 40 años, imagínate toda esa gente. Desde acá no se dimensiona, pero imagínate un estadio lleno, 50 mil personas con un equipo que no es tan grande. Es el cuarto o quinto de Ecuador. Ese 2008 me quedó marcado. El 2009 fuimos campeones de vuelta. Primera vez que fui campeón también. Estando fuera, el único chileno que jugaba en la liga. Que todos dicen que es fácil jugar allá, pero no es tan fácil. Hay que mirar la tabla de la Eliminatoria no más. Feliz de haber estado allá, que me hayan dado la chance de ir. Me tocó un plantel bueno y pudimos ser campeones. Bueno y Cobreloa, que es mi casa.
¿Qué te parece el presente de Cobreloa?
Un poco contrariado, apenado por lo que vi del club. Pero la cosa no va a mejorar si sigue llegando gente que no sabe de fútbol. Esperamos ocho años para poder subir y bajamos al año. Ahí te das cuenta que la gente que lo maneja no sabe de fútbol. A lo mejor son ingenieros, arquitectos, capos en minas. Pero el fútbol es otra cosa. Ahora el club está todo endeudado. El César hace lo que puede, no tienen plata para contratar gente.
¿Ves fútbol?
Veo. No soy fanático, pero sí veo. Como trabajo en el medio tengo que estar más o menos informado. Me gusta, veo la B, la A. Siempre estoy mirando e informado.
Mauricio Donoso revive una espectacular sociedad con Jaime Riveros
Lógicamente el talento de Mauricio Donoso lo hace fijarse en futbolistas de puestos similares al suyo. Por eso no es fácil responder la pregunta con la que nuestro entrañable Florete cerró esta entrevista.
¿Cuál fue el mejor socio que tuviste en la cancha?
Jugué con muchos compañeros buenísimos: Matías (Fernández), Valdivia, Jaime Riveros, Luis Saritama en Ecuador, Miguel España en México. Tuve buenos compañeros. Sin duda, Jorge, Mati y Jaime. Con él me pasaba algo muy simpático: el 99 estaba Salah en Cobreloa. Jaime entra a la cancha y se transforma, afuera es un pan de dios. Pero en la cancha es pesado. Y me dice ‘Pelao, juguemos los dos no más, no le pasemos la pelota a estos hueones. Son muy malos’. Nos pasábamos la pelota entre los dos no más.