El 21 de marzo es el Día Mundial de las personas con Síndrome de Down. Fue decidido así por las Naciones Unidas para “resaltar la importancia de su autonomía e independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias decisiones”.

Thomas Heyl es una de esas personas, trabaja en un banco, es medallista mundial de Olimpiadas Especiales y es un ejemplo de autonomía. Este es su testimonio.

Mi nombre es Thomas Heyl. Tengo 28 años. Yo vivo solo, sin familia.

Yo trabajo en un banco, en recursos humanos, de atracción del talento. Del área, soy anfitrión.

Yo estudié en la universidad. Yo ya terminé, salí ya. Aparte de eso, soy chef, porque hice una pasantía para la universidad: gastronómico, restaurante, garzón, esas cosas.

También soy actor profesional. Tenemos una compañía que se llama Bendito Teatro.

Fui a España a vivir solo. Me quedé por seis meses en España. Ya volví acá a Chile, hace un par de semanas.

Dificultad no tengo. Yo soy bueno para todo. Yo soy más hábil, frágil, me lastimo de vez en cuando.

Me gusta pololear. Quería pololear con una que sabe amar, que le gusta bailar, salir conmigo.

¿Mi proyecto a futuro? Tener una polola para siempre. Por un lado, me gustaría tener un perro y después, un hijo, un solo hijo.

La inclusión significa ayudarse y ponerse en el lugar del otro. No es solo eso, pero normalmente es apoyarse y ayudarse.

Con el apoyo adecuado y derribando las barreras sociales, las personas con síndrome de Down pueden desarrollar todo su potencial y llevar una vida independiente, como Thomas.

En el caso de Thomas, el deporte ha sido fundamental para su salud, desarrollo y autonomía. Así llegó a representar a Chile en dos Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales, fundación en la que ha participado desde el año 2013.

Olimpiadas Especiales invita a la ciudadanía a apoyar la inclusión de niños, jóvenes y adultos como Thomas, en www.olimpiadasespecialeschile.org