Mats Seuntjens sufrio con su propia definición. El volante holandés del AZ Alkmaar nunca imaginó que su perfecto picotón le iba a jugar en contra al darle mucho efecto a la pelota que tomó otra dirección cuando iba a ingresar al arco.

El mediocampista ya se iba a celebrar y los rivales ya estaban resignados cuando el balón caprichosamente tomó otro camino y dejó en nada lo que era un golazo de otro planeta.