Fue una fiesta, pero una fiesta con exceso de invitados. Esta frase grafica lo ocurrido en el Estadio de Boca Juniors, donde el cuadro dirigido por Guillermo Barros Schelotto entrenó a puertas abiertas.

Los hinchas bosteros no dudaron en acudir en masa, de hecho el equipo comunicó vía Twitter que las puertas del coliseo iban a ser cerradas, que no entraba una persona más.

El problema se sucedió porque más de 8.000 fanáticos quedaron con las ganas de ver a sus ídolos preparar la gran final ante River Plate, generándose desordenes y pequeños enfrentamientos con la policía.

Luego de estos lamentables hechos, el Gobierno de Buenos Aires decidió clausurar La Bombonera.

“Ya recibimos el acta. Los abogados del club están trabajando. Mañana (viernes) hacemos el descargo. Hubo más gente de la que podía entrar, ocuparon las escaleras. Les pedimos disculpas a los hinchas, quedó gente afuera, más de diez mil personas. Boca no tiene medida. Sólo agradecimiento a la gente”, le contó Daniel Angelici a los medios.