El 2017 ya es pasado y con los abrazos de la noche del domingo pasado, damos la bienvenida de forma expectante al nuevo 2018. Como azules tenemos una sensación agridulce con respecto a lo ocurrido el año anterior. Vimos la llegada del profesor Hoyos con más dudas que certezas, en un comienzo lento, el equipo se empezó a afiatar y logró ensamblar una seguidilla de victorias que nos dejaron en el tranco final del torneo con la oportunidad de volver a ser campeón. Un tropiezo contra Antofagasta en su cancha en la penúltima fecha le impidió a Colo-Colo la punta en la semana decisiva.

Aprovechamos la oportunidad ganada en el fortín celeste de Rancagua, y la vuelta se cuajó un sábado de mayo bajo un sol otoñal en los pastos del Nacional ante un corajudo San Luis. Una estrella necesaria y justa para millones que fuimos viendo un completo decaimiento desde el apertura 2014 hasta la fecha. Campañas desastrosas que nos dejaron mirando de reojo el descenso.

El segundo semestre fue extraño, un equipo que empezó a quemar aceite mientras se acercaba la parte definitoria del Transición, logramos llegar a la punta a falta de tres fechas del final del torneo nacional y a jugar en el partido definitorio de la Copa Chile contra Santiago Wanderers en el Ester Roa Rebolledo. En ambas instancias, demostramos poca hambre y pocas ganas de obtener la corana en disputa. Las sensaciones que quedaron en el 1-3 contra porteños y el 0-3 ante Audax fueron totalmente amargas, un sinsabor que terminó entregando números rojos al balance deportivo del 2017.

Fuera del terreno, en la gradas, la U roja en el pecho tiene el honor de la mejor asistencia durante los dos últimos torneos, no sólo eso, el marco de público superó el histórico de la hermosa campaña del 2011.

En materia política, la AHA se fue consolidando como entidad social de importancia, llegando incluso a enviar a representantes a una cita en el Congreso Nacional, se consolidaron espacios como este en RedGol. La relevancia, el futuro y el éxito de esta organización es depende de todos nosotros, de las ganas y el compromiso que podemos tener con nuestro club.

El 2018 ya está en la arena, tenemos la información del grupo que nos tocará en la Copa Libertadores, Racing aparece como un rival complejo pero a la par de nuestras posibilidades, por su parte Cruzeiro (y muy probablemente Vasco da Gama) se avizoran como escollos de marca mayor. Tenemos que lograr sacar lo mejor de un plantel experimentado si queremos avanzar de fase en un grupo de los complejos. Lo grave es que sabemos hace 6 meses de nuestra participación en el torneo de clubes más importante de la región, a pesar de eso no hemos logrado sumar elementos al plantel y de hecho al cierre de esta edición la pretemporada en La Serena aun no estaba confirmada (después de la caída de Argentina), la administración y falta de recursos de Azul Azul sería severamente castigada en cualquier club social. Pero sabido es el beneplácito con que cuenta la concesionaria en varios medios de comunicación. El único nombre que ronda en los pasillos del CDA es el de Angelo Araos, un muy buen proyecto antofagastino, con unos 60 partidos en primera división. Aun así el volante no puede ser nuestra única carta para enfrentar a equipos de peso internacional.

Hay pocas cosas que podemos asegurar para este año venidero, el calendario no tiene piedad y en poco tiempo ya estaremos disfrutando las bondades del invierno. Veremos como avanzan las primeras fechas del nuevo torneo anual y como nos podemos ir afirmando en la tabla. Miraremos con preocupación la Libertadores, pero con la misma esperanza que nos caracteriza. Confiamos en la U, en su plantel, cuerpo técnico y por su puesto en su gente, la que no deja de alentar, pensar, opinar y trabajar por una recuperación pronta del club de sus amores. No será fácil con un nuevo gobierno que aun deja cicatrices con una represión sin límites que implementó en los estadios del país. El actual presidente electo fue uno de los cómplices de las leyes que opacaron el devenir de los clubes sociales y deportivos. La lucha será intensa. Aunque es complejo, estamos en un momento de avanzar, no retroceder.

Feliz 2018, camaradas.

Foto: Agencia UNO