En octubre de 2022 el Stade de Reims decidió despedir a su técnico, el español Óscar García, y le entregó el banco a su asistente, un desconocido joven de 30 años, llamado Will Still.

Un riesgo que quiso tomar el club con el inexperimentado entrenador belga, pese a que el Reims estaba a borde de los puestos de descenso con apenas ocho puntos en la Ligue 1.

“Me di cuenta de que no triunfaría como jugador y decidí iniciar mi carrera de entrenador. Recibí un no tras otro. Me cerraban la puerta en la cara”, señaló Will Still, quien comenzó su carrera como analista en el Sint-Truiden.

Luego, con apenas 24 años, dirigió al Germinal Beershot de Bélgica durante 15 partidos y al Lierse, club al que le hizo ganar 7 veces seguidas, pero luego lo bajaron a asistente, porque no tenía la licencia UEFA A.

Y es que Still se formó informalmente con el juego de video Football Manager: “Nunca hubiera pensado que el juego hubiera podido influir en mi carrera en la vida real, pero está claro que lo ha hecho. Me obsesioné con el ‘Football Manager’ y encendió mi pasión por entrenar”.

“Mi hermano y yo jugábamos sin parar. Creábamos una plantilla, organizábamos los entrenamientos… Recuerdo que cuando dirigía al Sint-Truiden intentaba ganar la Liga con ellos también en el juego”, añadió.

Ahora, Still se ha convertido en la sensación del fútbol francés, al sacar al Reims de los puestos de peligro y al encadenar 13 partidos seguidos sin perder en todos los torneos con siete victorias y seis empates, ubicando al equipo en la posición 11° de la Ligue 1.

“Si alguien me hubiera dicho que iba a ser entrenador de un equipo de la Ligue 1 a los 30 años, le habría dicho que me pegara un puñetazo en la cara. Habría sido una sugerencia totalmente absurda”, reconoció el entrenador.

Los increíble de todo esto es que el club confía tanto en él que paga una multa de 25.000 euros cada partido, porque Will Still se siente en el banquillo. Esto debido a que aún no tiene la licencia UEFA Pro, aunque ya está en trámite.